Parecía
que iba a ser más difícil de lo que al final ha resultado. Y es
que, observando el mes de enero desde los primeros días, con su
cuesta y su leyenda, la situación indicaba que fácil no sería, y
no es ni mucho menos que la hayamos recorrido sin esfuerzo, pero sí
que da la impresión de que, quizá porque estamos muy preparados,
porque arrastramos las malas situaciones desde hace tiempo y estamos
por tanto muy entrenados, o por lo que resulte finalmente ser, el
caso es que nos hemos plantado en febrero con fuerza y ganas de
seguir subiendo pendientes, porque a nadie se le escapa que, si la de
enero es una cuesta exigente, la de febrero es como mínimo prima
hermana. Luego de una campaña de Navidad y Reyes que ha sido
valorada por la mayoría como buena o aceptable, y que hacía
presagiar que las rebajas de enero irían por los mismos cauces,
estas buenas perspectivas han caído estrepitosamente y además con
ruido, precisamente el que nos llega procedente de los comerciantes,
que cuentan y no paran.
Febrero,
que recuerden ustedes suele ser el de las segundas cuando no terceras
rebajas, no obstante, parece que ha abierto sus puertas con más
fuerza y ganas y que lo ha hecho con decisión. Naturalmente, el
primer paso lo han dado los mismos de siempre, es decir, los
empresarios, que se han vuelto a ajustar el cinturón y han marcado
sus artículos a la venta con descuentos realmente interesantes. Gran
cartelería en sus escaparates anuncia desde lejos que sus precios
han vuelto a bajar y que es ahora la mejor oportunidad de hacerse con
el artículo que andaban buscando en las mejores condiciones
económicas. De hecho, está siendo la comarca, una vez más, la que
está tirando del carro y la que nos premia con su visita,
convencida, incluso más que nosotros, que nuestra ciudad y su
comercio son la mejor despensa en llenar sus armarios, sus
habitaciones o sus viviendas en general.
Evidentemente,
la pésima campaña de aceituna tenía que pasar factura y lo está
haciendo de forma notoria, influyendo en la facturación de nuestro
comercio de manera que a algunos de ellos hasta les está resultando
complicado mantener el tipo. Los gastos generales, los alquileres de
los locales, el personal, etc., representan en algunos casos el
noventa por ciento de la inversión mensual que demandan los
establecimientos abiertos y, tal y como está la situación
comercial, con gastos fijos inevitables y ventas insuficientes,
repetimos que acaba echando por tierra los proyectos de muchos de
ellos. Por eso es fundamental convencerse de que la crisis tiene que
pasar, que cada vez nos llegan con más fuerza y verisimilitud los
mensajes de que estamos repuntando económicamente y de que España
se ha convertido en la locomotora de Europa. De hecho, nosotros
estamos convencidos de que febrero será el mes de la recuperación,
que será cuando de verdad se incrementen las ventas y de que, en el
peor de los casos, se trata de añadirle algo de más ilusión para
conseguir alcanzar los objetivos que se persiguen.
La
deducción a la que llegamos no es del todo cosa nuestra, que para
eso contamos con la infalible información de nuestros amigos
comerciantes nos aportan desde todos los frentes, y ésta nos
confirma que, si febrero ha sido desde siempre entre nosotros un mes
comercialmente hablando de los mejores de todo el año, en esta
ocasión no nos va a fallar. Y por todo lo que les hemos contado,
aquí nos vamos a quedar, desde una plataforma de observación
realista que tiene su razón de ser en la capacidad inventiva de
nuestros profesionales y no menos en el conocimiento que tienen del
mercado. Y es que, lo queramos o no, en situaciones de este tipo,
cuando de verdad hemos tenido que dar el do de pecho, jamás nos han
flaqueado las fuerzas y hemos conseguido salir adelante, desde luego
que no sin esfuerzo, pero con éxito. Y es lo que decimos siempre, si
lo hemos hecho antes, ¿por qué no ahora también? Suerte.