Nunca
como ahora, en los tiempos que corren, Grecia ha estado tan cerca de
nosotros, tan próxima en sus reivindicaciones. Sin embargo, lo que
de verdad conocemos de esa hermosísima isla es escaso a no ser que
la hayamos visitado. Lo que de verdad nos llega es su situación
económica, la anterior y muy especialmente la actual luego de haber
sido barrido en las urnas el Gobierno anterior y haberse colocado en
cabeza un partido que es lo más parecido que tiene Podemos fuera de
nuestras fronteras. De hecho, cuando tratamos de analizar la
actualidad de este nuevo partido en nuestro país, aparece
irremediablemente Grecia y su futuro inmediato, suponemos que
buscando parecidos razonables entre los mensajes de ambas formaciones
y teniendo muy presente la implantación de las medidas anunciadas y
prometidas por el recién llegado con el objetivo inmediato de
socorrer a los griegos, que como sabemos están en una situación muy
parecida a muchos de nuestros compatriotas. No estará de acuerdo
parte de la clase política por esta aseveración, pero la realidad
es la que es y en España se pasa hambre y frío sin que por el
momento los que pueden remediar esta insufrible e injusta situación
hagan algo por evitarlo.
Conocido
es que paisanos y políticos andan muy preocupados por la evolución
del país heleno, una vez el nuevo presidente de su gobierno dejó
claro en el senado que sus medidas sociales se implantarían contra
viento y marea, lo que, para empezar, hizo tambalearse a la Bolsa
bajando muchos enteros, y que intervino también en el resto de
Europa, con bajadas significativas y preocupantes. Por otro lado,
según los especialistas que siguen la crisis griega, la huida de
capitales en solo una semana ha sido de un veinte por ciento de su
producto interior bruto, es decir, miles de millones de euros que han
volado en busca de mercados más seguros y dispuestos a pagar los
intereses que se pacten. Naturalmente, lo que aquí, entre nosotros,
importa, teniendo en cuenta que Podemos ha anunciado en varias
ocasiones que Grecia es su espejo y que implantarán en España las
mismas o parecidas medidas, es lo que ocurrirá allí para hacer lo
propio o todo lo contrario. De todo esto se desprende que Podemos
está en estos momentos atado de pies y manos, a la espera de las
noticias que lleguen del país heleno para, aseguran los muy
interesados en dañar la imagen del partido de Pablo Iglesias,
insistir en ellas o cambiar radicalmente.
La
última encuesta conocida, que tiene fecha del pasado fin de semana,
anuncia con rotundidad que Podemos ha tocado techo, situándose
definitivamente, con oscilaciones inapreciables, en sus verdaderas
posibilidades de ser votado en las próximas elecciones, tanto las
autonómicas como las generales. Esto quiere decir, en caso de
finalmente ser así, que le harán falta muchos millones de votos
para conseguir lo que desde el principio han dicho sus dirigentes y
que no es otro deseo que el de ser mayoría en las elecciones
próximas. Desde luego, los frentes que tienen abiertos en este
momento, con un impecable trabajo de los poderes fácticos y reales
buscándole renuncios, descuidos o errores cometidos por sus líderes,
fácil no lo tienen. Por ahora, con el asunto del señor Monedero
tienen un buen primer plato que digerir y todo indica que, o lo
aclaran bien y lo dejan definitivamente enterrado, o acabarán
pagándolo con una resta de votos significativa al final del
recuento. Y es que en España, de trabajo y de corrupción sabemos
más que nadie, y lo del tercer hombre fuerte de Podemos huele muy
mal. Esperemos que las pruebas que ha aportado, sobre sus
cuentas corrientes en los bancos, aclaren definitivamente este caso.