Por
si alguno de ustedes no está al día de cómo se encuentra nuestro
país en relación con los que menos medios de subsistencia tienen,
quienes con más virulencia padecen la crisis, les adelantamos, y son
cifras oficiales procedentes de las organizaciones humanitarias que
se dedican a ayudar a los que menos tienen, que casi un veintiocho
por ciento de españoles, lo que viene a ser un poco más de doce
millones de personas, están en las primeras posiciones de salida de
la pobreza y la exclusión social. Estos datos confirman lo que por
otra parte vienen denunciando estas organizaciones sobre el aumento
desproporcionado de personas que lo han perdido todo. Concretamente,
más de un millón trescientos mil ciudadanos se han unido a los que
ya estaban censados en 2009, confirmando el imparable ascenso que
muestra la situación real de nuestro país. Y lo podemos leer en el
informe sobre “El estado de la pobreza en España” que se
presentó hace unos días y que controla cómo evoluciona la pobreza
y la exclusión social entre nosotros.
Es
verdad que, de acuerdo con las informaciones que poseemos, el
crecimiento de la pobreza y la exclusión fue muy lento desde el año
2010 y que así se mantuvo hasta 2013, mostrando una evolución al
alza de un cero coma uno por ciento, pero se descarta que tenga
relación con una mejora general de la situación. En todo caso, se
entendería como un efecto estadístico causado por la reducción de
ingresos en amplias capas de la población, a lo que debemos añadir
que el retorno de inmigrantes pobres a sus países de origen también
ha influido en esta reducción, sobre todo teniendo en cuenta que las
cifras son muy importantes. De acuerdo con los técnicos, por otra
parte, se detecta otro cambio estadístico en el modo en que el
Estado de hace cargo de los datos. Así, si en 2013 se hubiera
aplicado el criterio que regía desde 2004, los indicadores serían
un punto mayor, es decir, un veintiocho por ciento de la población
en riesgo de pobreza y exclusión frente al veintisiete que nos
decían los datos luego de la modificación.
Como
la situación varía de acuerdo con la de los perfiles, al cierre del
año 2013, los jóvenes entre 16 y 30 años, con un treinta y tres
por ciento en riesgo de pobreza y exclusión, seguido de los niños,
con casi un treinta y dos, fueron los que más padecieron la crisis.
Y otro dato muy importante: la tasa de pobreza infantil entre los
menores de dieciséis años es de un veintisiete por ciento, lo que
viene a representar seis puntos por encima del conjunto de la
población. El análisis que puede hacerse sobre la situación
actual, analizada la tasa de pobreza relativa, la privatización
material severa y la baja intensidad del empleo, se puede afirmar con
toda rotundidad que la situación es realmente preocupante. Estos
tres problemas coinciden en casi el dos por ciento de la población y
existe el convencimiento de que posiblemente sea el núcleo donde se
encuentren las situaciones más duras de pobreza en España. Los
técnicos aseguran que esta pobreza, la de ahora, tiene mucha más
intensidad que las que hemos conocido a lo largo de los años, y ha
influido en la desaparición de una buena parte de la clase media,
que actualmente es muy es baja.
Sobre
Privación Material Severa, el informe detecta un aumento del treinta
y ocho por ciento entre 2009 y 2013, o sea, que hay casi tres
millones de personas, concretamente 800.000 más que antes de la
crisis, tienen dificultades para alimentarse adecuadamente, que
tienen que retrasar pagos de su vivienda, que no pueden caldearla en
invierno o que no tienen capacidad para afrontar ni un gasto
imprevisto. Paralelamente, la población que vive en hogares con baja
intensidad de empleo es más del doble que en 2009 y alcanza casi el
dieciséis por ciento de los ciudadanos de hasta 59 años de edad.
Finalmente, según el informe, en 2013 el once por ciento de las
personas en situación de pobreza tenían empleo, demostrándose así
que no cualquier trabajo protege de la exclusión. En cuanto a la
desigualdad entre territorios, sepan ustedes que Navarra,
País Vasco y Aragón
tienen tasas de riesgo de pobreza y exclusión inferiores al veinte
por ciento, mientras que Canarias
Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía
están entre el treinta y
cinco y el treinta y nueve por ciento. Finalmente, destacar el caso
de Ceuta,
donde casi la mitad de su población vive en esta situación límite
de pobreza y exclusión social.