martes, 10 de marzo de 2015

CONMEMORACIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

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La conmemoración del Día Internacional de la Mujer del pasado domingo nos ha dado la impresión de que ha discurrido entre nosotros más bien con pena que con gloria. De hecho, las convocatorias, los discursos y manifestaciones populares a las que hemos asistido se han desarrollado un poco descafeinadas, como que había que organizarlas y desarrollarlas porque sí, pero con escaso convencimiento. Cierto que no es algo nuevo, que viene siendo así en los últimos años y que ni de lejos anuncia cambios sustanciales para las conmemoraciones venideras. Da la impresión de que la caída de brazos, especialmente el de ellas, es mayoritariamente compartido y que o bien entienden que no vale la pena luchar por las abismales diferencias que encuentran entre ellas y los hombres o que éstas han sido aceptadas de buena gana y que tampoco están mal que digamos. Sin embargo, atención, porque el riesgo de pobreza de las mujeres en España es un 12 % superior al de los hombres, de acuerdo con un estudio que ha realizado el sindicato UGT.

Es cierto que tampoco este año han faltado en las calles de algunas de nuestras ciudades las habituales manifestaciones y que también todas han estado marcadas por las reivindicaciones en favor de la igualdad salarial entre hombres y mujeres, el fin de la violencia de género y la discriminación, y en contra de los cambios en la ley del aborto, entre otros lemas, pero lo cierto es que hemos detectado un desprecio compartido entre las grandes cadenas de radio y televisión en el habitual seguimiento que dedican a todas ellas a este encuentro anual y que de ahí que no haya llegado al gran público como sería deseable. Sí se han tenido en cuenta, no obstante, las palabras del papa Francisco, que ha venido a hablarnos de la importancia de la presencia de las mujeres en las sociedades actuales, afirmando que un mundo en el que son marginadas, es como un mundo estéril. Si lleva o no razón es algo que tendrán que aprobar o negar las propias mujeres, pero creemos sinceramente que una conmemoración de este corte, con millones de mujeres en el mundo maltratadas, menospreciadas, violadas, vejadas, utilizadas de mil y una forma dolosa, merecen un mayor esfuerzo verbal y llegar un poco más lejos en sus exigencias.

De entre lo que entendemos como actividades raras para mujeres, detectamos que desde hace unos años es evidente que entre ellas avanza progresivamente el acceso a puestos de empleo que tradicionalmente han sido desempeñados por hombres. Entre los ejemplos que podemos poner y que ampliarán esta opinión, sepan que actualmente hay federadas ciento noventa y seis mujeres boxeadoras, diez mil vigilantes de seguridad, dos mil taxistas, ocho mil policías, quinientos detectives privadas, etc. Por otro lado, de acuerdo con los datos oficiales, las féminas suman actualmente el 46 % del total de afiliados al sistema de la Seguridad Social, y desde el inicio de la crisis la tasa se ha incrementado en cinco puntos. Que las mujeres debían cobrar en nuestro país un poco más que los hombres no es algo nuevo y se basa en su capacitación laboral; de hecho, la Organización Internacional del Trabajo denuncia esta diferencia sobre la brecha salarial de género, que concluye que en realidad los hombres cobran, de media, un 17 % más que las mujeres. La Comisión Europea, por su parte, anuncia que seguirá trabajando para que 2015 sea un año en el que haya resultados reales en la lucha por la igualdad de las mujeres. Es más, será una oportunidad única para situar la igualdad de género, los derechos humanos y el empoderamiento de las mujeres y las niñas a la vanguardia de la agenda global y ofrecer resultados tangibles para todas las mujeres.  


 Por si les sirve de algo, sepan que de los más de dos millones de pensiones contributivas que controla el Ministerio, más de cuatrocientas mil son de mujeres. El pasado año, doscientas once mil mujeres se afiliaron a la Seguridad Social, lo que representa un total de  7.736.098. Finalmente, otro dato esclarecedor: nuestro país penaliza la maternidad con un cinco por ciento del salario laboral.