martes, 3 de marzo de 2015

LA RUTA DE LA TAPA

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Nuestra ciudad, desde el pasado fin de semana (y hasta el 3 de abril), abrió el tarro de las esencias y el buen gusto inaugurando la ruta de la tapa en su cuarta edición. Desde ese instante Andújar huele a buenos alimentos, a platos de restaurante de lujo reducido a su mínima expresión, al buen hacer de nuestras cocineras y cocineros, a fogones con imaginación… Y a vida. Porque recordemos que todo lo que suponga movimiento de personas en nuestras calles representa sin más negocio para quienes, como es el caso de los hosteleros de la ciudad, abren sus puertas antes de que salga y el sol y cierran mucho después de haberse ido. Por eso nos alegramos sinceramente de esta nueva convocatoria, porque estamos convencidos de que serán muchos los que aprovecharán el reclamo de nuestras exquisitas tapas para, de camino, de paso, detenerse en los escaparates de una ciudad que puede, y debería, sentirse orgullosa sin complejos de otro de sus gremios más representativos: los comerciantes.

Por lo que hemos podido comprobar de la oferta conocida por el momento, también en esta ocasión se han esmerado en la creación, en la presentación y en el sabor. De ahí que hayan conseguido enseguida el apoyo de quienes, como es nuestro caso, tenemos la feliz idea de recorrerlos todos y hacer comparaciones que, aunque odiosas, en casos así lo que nos sirven es para confirmar que los nuestros están muy por encima de la media y que pueden presumir sin rubor de encontrarse entre los mejores. En citas gastronómicas tan interesantes, que es cuando de verdad se tiene la oportunidad del reencuentro con la clientela, la expresividad del creador se funde sin complejos con nuestra sierra y nuestra huerta, que aportan con naturalidad sus mejores productos y apoyan eventos como nuestra ruta de la tapa, de sabor extraordinario. De hecho, Andújar ha sido ciudad elegida por los miles de viajeros que por nuestra corredera discurrían en busca de otros destinos e hicieron famosos a muchos de nuestros restaurantes, a los que acudían conscientes de su buen hacer en los fogones.

La ruta de la tapa de este año, como ha ocurrido siempre, nos devolverá los valores que hemos ido perdiendo a lo largo del año con las prisas y la crisis, dándonos la oportunidad de volver a compartir con los nuestros sabores, olores y el buen gusto por lo bien hecho. Nuestras tapas, a lo largo de todo el año, responden en calidad a las exigencias propias de quienes desean lo mejor y en las mejores condiciones, pero cuando se convocan eventos tan concretos, el movimiento que se detecta entre estos magníficos profesionales lo impregna todo y hace posible el milagro de lo nuevo, de la renovación plasmada en un bocado que viene a ser lo mismo que si afirmáramos que se trata de una exquisitez elaborada con mucha imaginación y no menos cariño.


Como dicen los que entienden de la gastronomía de bocado, que es como los modernos definen a la tapa, lo mejor es entrar de lleno en el tema y compartir lo nuestro, que para eso lo han creado para nosotros, para que descubramos la capacidad de invención de quienes casi siempre son los grandes desconocidos y que, sin embargo, dan vida a encuentros con la tapa en una ciudad que conoce muy bien de qué se trata y hasta dónde pueden llegar. Nuestra enhorabuena a todos los participantes. Eso sí, dejar especial constancia de nuestro agradecimiento a quienes, con su entrega y saber hacer, ayudan a nuestra ciudad a crecer un poquito más.