miércoles, 25 de marzo de 2015

NO TODO ES PAZ Y GLORIA EN LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Imprimir

Tal y como venimos diciéndoles estos días, el resultado electoral sigue trayendo cola, es decir, que sigue proporcionándonos información de primera mano sobre los partidos políticos en general y de UPyD y el PP en particular. Sobre el primero, porque está al caer el cisma que estamos convencidos acabará con su fundadora, la señora Díez, a la que Ciudadanos, el partido de Albert Rivera, se ofreció para fusionarse como una sola opción política y que ella se negó en redondo con una gran mayoría de los suyos en contra. Como era de esperar, sobre todo luego del descalabro de las elecciones andaluzas, se le han echado literalmente encima para pedirle explicaciones y ella ha optado por cerrarse en banda a la espera del congreso del partido que, repetimos, todo indica que le obligará a dejar la secretaría general. Mientras, importantes militantes han decidido dejar el partido como muestra de desacuerdo sobre cómo se encauzó la campaña en Andalucía y su empecinamiento a no optar por otras vías que le resultaran más rentables en cuanto al voto se refiere.

Con respecto al Partido Popular, casi estamos en las mismas, aunque es evidente que Juan Manuel Moreno sí ha sabido encajar la pérdida de apoyo ciudadano en las urnas y se ha mostrado convencido de que su trabajo acaba de empezar y que por delante tiene un programa ilusionante que le obliga a seguir con las mismas fuerzas y ganas. Sin embargo, esto no quiere decir que la decepción por la pérdida de los diecisiete escaños que dejó el señor Arenas cuando decidió abandonar la presidencia del partido en Andalucía haya pasado desapercibida en Madrid; muy al contrario, ha sido muy mal recibida, y lo demuestra el hecho de que no se desplazara a Sevilla la noche electoral ningún representante de la plana mayor de los populares para arropar a su candidato. No obstante, entre las mismas filas del partido en nuestra tierra no han faltado voces discrepantes con el mismísimo presidente, asegurando que sus visitas en apoyo al candidato solo han servido para ahondar más en la brecha social abierta entre el partido a nivel nacional y la ciudadanía. Ellos sabrán, pero la realidad es que en la totalidad de las ciudades en donde había urnas éstas han reflejado un desencanto hacia el Partido Popular que, se parezcan o no a las de la próxima cita del 24 de mayo, han hecho saltar las alarmas en la calle Génova de Madrid. O sea, que, de acuerdo con las mismas fuentes, el señor Bonilla no ha sido del todo el responsable del resultado electoral; si acaso, compartido con el partido a nivel nacional.


El hecho incuestionable es que, como era de esperar, el resultado final no ha contentado a todos los que acudieron a examinarse ante la ciudadanía. A partir de ahora, por tanto, queda un largo camino por recorrer y, en medio, en mayo y en octubre-noviembre, dos nuevas oportunidades para cambiar de políticas y mejorar la imagen de quienes se presenten en busca de responsabilidades locales y nacionales. Lo que no debe perderse de vista es que la ciudadanía no está por la labor de creerse lo increíble, y si no se tiene en cuenta esta máxima, las posibilidades de ganar descienden como las mareas.