Los
datos del paro, luego de conocer el resultado de la última Encuesta
de Población Activa, han resultado, según el partido en el poder y
no tanto del resto de convocados a la cita de la crítica, desde los
sindicatos, agentes sociales y el resto de organizaciones políticas
con voz y voto en esto de las valoraciones, ser un gran éxito, ya
que los datos son lo suficientemente esperanzadores como para
situarse en el convencimiento de que las cosas se están haciendo
bien y que el camino elegido, aunque ha sido muy doloroso para
millones de españoles, es el adecuado. Lo ha dicho el presidente, la
ministra de Empleo y muy especialmente los responsables populares de
la campaña de las municipales, que han visto luz en estas cifras y
se han lanzado a sacarles todo el provecho que les permita el tiempo
y los números, que no siempre suelen ser agradecidos y a veces
acaban pasando factura a quienes los utilizan para su exclusivo
interés. De hecho, en el desmenuzamiento realizado por los otros,
por esos que parecen estar ahí exclusivamente para llevar la
contraria y echar por tierra los castillos de naipes que se
construyen al calor de la buena nueva del descenso del paro,
comprobamos que se ha tratado, en una gran mayoría, de empleos
precarios con no más de dos o tres meses de continuidad y, además,
a media jornada o por horas. En cuanto a los indefinidos, que también
los ha habido, en su totalidad responden a contratos por horas, es
decir, de cuatro diarias o semanales.
Así,
en situación de tanta importancia, en estado de gracia tan de
agradecer, venimos nosotros, los de Jaén, y le reventamos la
estadística y la tendencia al Gobierno, y a todo el que se nos ponga
por delante. Porque somos así, porque nos gusta estar en la acera de
enfrente, porque somos barreneros profesionales o sencillamente
porque no hemos sido capaces nunca de plantarle cara a nuestra
desgracia comparativa y mandar cuanto más lejos mejor a quienes son
los verdaderos responsables de que por esta tierra las cosas no sean
como en el resto del mundo. Nuestros representantes políticos, esos
que vemos en las fotos tan fatuos, tan bien vestidos, tan niños-bien,
esos que insisten en sus proclamas que somos su prioridad, su sueño
y su sin vivir, pues esos mismos resultan que son los culpables
directos de que nuestra tierra sea siempre la ultrajada, la olvidada,
la menospreciada en todos los foros en donde se cuecen las
inversiones, la que menos recibe y la que con más dureza está
pagando la crisis que soportamos desde 2007. Mientras, ellas y ellos,
a contarnos el enorme trabajo que desarrollan a lo largo de la
legislatura en favor de que no nos desconecten de las ayudas para la
agricultura o para el PER o las peonadas, que por el momento les
viene como anillo al dedo y les permite mantener el tipo ante su
partido. Mientras, pues ya ven, entre nosotros, en Jaén y su
provincia, el desempleo ha vuelto a subir incluso en situación de
bonanza. Y lo ha hecho de forma contundente, como solemos hacer las
cosas por aquí. Si comparamos los datos con los del trimestre
anterior, vemos que las autonomías que han registrado los descensos
más acusados son Valencia, Andalucía y Canarias. Por el contrario,
los mayores aumentos se dan en Cataluña, Madrid y País Vasco. En
comparación trimestral, los mayores aumentos de ocupados en términos
absolutos se dan en Andalucía, con 70.800 más; Comunidad
Valenciana, 65.300, y Comunidad de Madrid, 42.800, que son también
algunas de las regiones más pobladas. Los mayores descensos se dan
en Baleares, con 54.200 ocupados menos, y Cataluña, con 26.700. En
el último año casi todas las comunidades incrementan su ocupación.
Los aumentos más relevantes en términos anuales se observan en la
Comunidad de Madrid, con 122.600 más; Andalucía, 110.900, y
Comunidad Valenciana, 61.800. Nosotros, Jaén, quizás por llevar la
contraria a todo el mundo, porque somos cabezotas hasta sus últimas
consecuencias, hayamos dicho aquello de “pues nosotros no, ea, que
para eso somos diferentes”. Y por eso y solo por eso hemos
aumentando el número de desempleados. No existe otra razón.