miércoles, 15 de abril de 2015

LAS OBRAS ELECTORALES

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El arre que es tarde de las obras municipales es comprensible siendo conscientes de lo importante que es para quienes las decidieron en su día que estén finalizadas antes de la jornada clave, es decir, el 24 de mayo próximo. Es evidente que todas ellas responden a una estrategia electoral y no hace falta entrar en detalles para deducir que se trata, una vez puestas al servicio de la ciudadanía, de quedar bien ante quienes finalmente elegirán a quienes deben gobernarles a lo largo de un nuevo mandato de cuatro años. Y no se extrañen, porque ocurre en todas las ciudades, ya sean capitales de provincia o núcleos de escasa población; en todas, la mayoría de sus calles están levantadas a la caza y captura de unas mejoras necesarias que vienen demandado desde hace años y que ha sido ahora cuando los regidores han decidido que era el momento. De si los vecinos están de acuerdo o no, nada sabemos. Como ocurre invariablemente y en casi todos los casos, la consulta que debía hacerse a los residentes en estas calles, con la finalidad de que expresen los problemas que pudieran surgir en el transcurso de las obras, sencillamente se obvia. Y se equivocan. Y es que no siempre coincide la propuesta municipal con el sentir de la ciudadanía y no será la primera vez que lo que se realiza con ilusión acabe siendo un perjuicio para muchos y, por lo tanto, una crítica hacia quienes decidieron por ellos.

En nuestro caso, con una corredera de Capuchinos recién estrenada y que, digan lo que digan, no ha sido aceptada ni estética y dinámicamente por la totalidad de los vecinos y vecinas, nos quedan infinidad de intervenciones a favor de la recuperación de viejos jardines que habían perdido incluso su origen y a los que ahora se les devuelve su aspecto inicial, y calles como El Pino, que recibe estos días el beneficio de la ampliación del acerado, la mejora integral y la renovación de algunos elementos que permanecían en mal estado y que ahora verán solucionados. De parte del asfaltado de la ronda de Mestanza, del tramo que va desde la rotonda del Turis hasta el inicio de la corredera de Capuchinos, de Lope de Vega, Los Civiles y otras vías importantes de nuestra ciudad, además del arreglo de la avenida de Blas Infante, nada sabemos. Tendremos que esperar a que haga su aparición la máquina que se encarga de reparar este tipo de desastres que tanto daño hacen sobre los vehículos para saber dónde tienen previsto actuar. Mientras, a esperar. Eso sí, somos conscientes de que se trata de unas intervenciones nada baratas y que los tiempos, ni siquiera cuando hay elecciones de por medio, permiten inversiones de tanta categoría.

Por otra parte, atendiendo a las peticiones de los residentes en la calle Lope de Vega, volvemos a repetir que, por lo que sabemos, se trabaja actualmente en el sí o el no de eliminar una de las direcciones actuales para convertirla en una sola y evitar de esta forma el infernal ruido de vehículos que, a diario y por miles, soportan los vecinos y vecinas. Sobre las obras anunciadas por parte del Ayuntamiento, que mejorarían mínimamente el ancho de los acerados y su arreglo integral, no están de acuerdo porque entienden, diríamos mejor que están convencidos, que con esta intervención lo que pretenden nuestros representantes es eludir la responsabilidad que tienen sobre el futuro inmediato de la vía. Por eso insisten y abogan porque el problema se solucione antes de la intervención y que luego, una vez implantada la nueva fórmula del tránsito de vehículos, que se decida lo que se crea mejor para todos.