lunes, 4 de mayo de 2015

MAYO, MES ELECTORAL

Imprimir


Iniciamos nuevo mes después de un abril intenso como pocos y un final realmente espectacular. Tenemos, por tanto, todo un mes por delante para desarrollar nuestros planes y no menos para resumir nuestras intenciones, que en tiempos como los que nos tocan vivir a partir de ahora con final el día 24, son muchas las ilusiones que se ponen en juego y no menos el porvenir de los ciudadanos, porque recordemos que renovar un ayuntamiento es una de las decisiones más trascendentes que tenemos cada cuatro años porque suponen iniciar un nuevo futuro. En contra de lo que algunos, muy interesados desde luego en que todo siga igual, afirman, las elecciones municipales tienen una gran importancia para el devenir de una ciudad como por ejemplo la nuestra, que necesita de nuevos proyectos, independientemente de quiénes los encabecen, para mantener las ilusiones de los ciudadanos intactas y, lo que es mejor, con posibilidades reales de su viabilidad. Y es que una cosa son las promesas electorales que se hacen en caliente y otras claramente diferenciadas las que luego, en el desarrollo de la vida municipal, salen adelante. Y como lo de mentir es algo que en política no solo es que esté de moda, sino que forma parte del ADN de muchos de nuestros representantes, atención a lo que leemos, escuchamos o vemos.

De hecho, de acuerdo con las predicciones más solventes, algunos de nuestros representantes van a tener en esta cita electoral algo más difícil obtener apoyos entre los votantes debido precisamente a que a lo largo de los años no han cumplido con las promesas que hicieron en público y que han quedado grabadas no solo en las mentes de ellas y ellos, sino que muchas se guardan en las hemerotecas. En general, los líderes políticos que pelean a brazo partido por conseguir la alcaldía de su ciudad, por supuesto apoyados sin fisuras por sus respectivos partidos, nos invitan a que votemos su opción porque entienden, y seguro que lo hacen con toda sinceridad, que es la mejor. Se les olvida, sin embargo, que los ciudadanos no han sido consultados sobre si esta calle o aquella avenida debe cambiar su sentido de circulación; o si este o aquel parque debe ser remodelado; o si la bolsa de trabajo, de tanta trascendencia para los desempleados en los tiempos que corren, debe funcionar de tal manera que siempre entren a trabajar los suyos o debe ser cosa de implantar la solidaridad como única fórmula para dinamizarla; o si las decisiones municipales deberían ser consensuadas con los ciudadanos que finalmente resulten beneficiados o todo lo contrario… En definitiva, que nos tengan en cuenta a lo largo de toda la legislatura y no cuando les conviene, es decir, en tiempo electoral.

En nuestro caso concreto, deseamos sinceramente que hayan tenido en cuenta, por aquello de personalizar y concretar parte de nuestras necesidades más inmediatas, la recuperación del puente romano, la justificadísima necesidad que tiene nuestra ciudad de construir una circunvalación que evite los miles de vehículos que circulan a diario por calles estrechas y escasamente dinámicas, la recuperación del molino de las aceñas, acabar con los problemas del río y las inundaciones, e industrializarla, que para eso disponemos de espacio en los polígonos abiertos, como es el caso del Guadalquivir o Ave María, dejando para momentos más oportunos la idea de volver a incorporar Innovandújar a la oferta habitual de los últimos años, evitando, por otra parte, volver a hacer el ridículo una vez más. En definitiva, una ciudad habitable, más y mejor compensada en todos los órdenes y, finalmente, con capacidad para soportar su densidad demográfica. A partir de estos mínimos, lo que ustedes gusten.