viernes, 22 de mayo de 2015

NUEVA NORMATIVA SOBRE LAS BICICLETAS Y OBLIGACIONES DE SUS USUARIOS

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Los políticos, por si alguien no acaba de creérselo, están ligados al tráfico como cualquiera que nosotros. La diferencia, porque existe, es que suelen viajar con conductor y en coche oficial; no todos, cierto, pero sí una inmensa mayoría. O cuando no lo hacen en transporte público a cargo de la Administración, donde se incluyen las dietas. Con esto queremos decirles que como casi siempre andan con prisas, porque no son capaces de cumplir con los horarios previstos en sus respectivas agendas, tampoco están pendientes como cualquier otro mortal ni de la velocidad ni de cualquier otro control al uso. Si los multan, porque sí que los denuncian, no pasa nada, que para eso disponen de un dinero extra para este tipo de detalles y ¡a otra cosa, mariposa! El asunto es que ellos, sobre todo los del Congreso y el Senado, se las tienen que ver de vez en cuando con las normativas que la Dirección General de Tráfico quiere incorporar a las que están en vigor, por lo que su participación es decisiva para su aprobación o no. Precisamente ahora está previsto que hasta sus manos lleguen las nuevas reglas que el uso de la bicicleta exigirá a partir de su aprobación; entre otras, el uso del casco para todos y todas, independientemente de que lo hagan en ciudad o carretera y tengan la edad que tengan, que es un detalle que se dejaron atrás en la última implantación de nuevas normas y que confirmó el miedo del Gobierno en cuanto a decidir de acuerdo con la realidad. Además, el otro gran capítulo sin cerrar o cerrado en falso que se dejó para más adelante vuelve a plantearse ahora: que las bicicletas no circulen por las aceras o las calles peatonales. Lo que se quiere imponer desde la Dirección General es un no rotundo a que esto sea así, separando de una vez por todas a las partes implicadas que lo único que ha conseguido ha sido generar peligro allí donde se encuentran.

Esta nueva norma, por otra parte, viene a confirmar que el abuso que algunos hacen de un vehículo de este tipo y clase, al que quieren confundir como si no lo condujeran y se permiten cruzar los pasos de peatones subidos en ellas, o suben y bajan de los acerado sin importarles el peligro que suponen para los viandantes, o circulan en sentido contrario a la marcha o por direcciones prohibidas, y las zonas y calles peatonales las han tomado por la fuerza, ha llevado a los técnicos de Tráfico, azuzados por las quejas de cientos de ciudadanos que les han hecho llegar sus exigencias al respecto, a redactar las normas que ahora quieren aprobar e implantarlas este mismo verano. Tampoco faltarán respuestas a las otras demandas de los conductores de vehículos, especialmente las que razonan exponiendo que aquellos que recorren o pasean caminos o carreteras abiertas al tráfico y no lo hagan por su izquierda y vistiendo prendas reflectantes del tipo del chaleco que llevan los conductores en sus vehículos, que sean denunciados; o que los ciclistas que no se equipen con este tipo de prendas tendrán que vérselas que con exigencias de las nuevas normas y, consecuentemente, también denunciados. Y todo por lo mismo, porque hemos abusado sin control hasta que el número de accidentes y los fallecidos por esta causa ha colmado con creces el límite, y, la vista de la total ausencia de concienciación que muestran estos usuarios, alguien debe responder por ellos. Y nadie mejor que Tráfico, que para eso está.


El hecho de que en medio nos encontremos con una industria pujante, exportadora de tecnología y de vehículos de dos ruedas al resto del mundo, capaz de facturar millones de euros y de generar negocio a su alrededor, naturalmente que ha venido frenando los diferentes tratamientos que desde el Gobierno se le ha querido dar a este tipo de vehículos y usuarios, y que nadie crea que todo está hecho, porque la propia normativa a incorporar está todavía en el aire.