A
partir de ahora, a no ser que se trate de una fiesta local o
comunidad autónoma, lo de los puentes y fiestas a compartir
sencillamente han desaparecido del calendario laboral. Tampoco
encontraremos citas de la importancia del pasado fin de semana,
cuando miles de motos y moteros se dieron cita en Jerez para vivir de
cerca el gran premio de España. Es decir, que hemos alcanzado un
punto en el que sacar el coche del garaje se hace más pesado y desde
luego que más difícil de justificar. De si esta compartida decisión
servirá para reducir la siniestralidad es algo que no alcanzamos a
valorar, pero es evidente que, si las vías de comunicación son
menos transitadas, a menos vehículos menos posibilidades de sufrir
un contratiempo. Sin ir muy lejos, el puente
del 1 de mayo
dejó en las carreteras nada
menos que trece muertos y nueve heridos en los trece
accidentes
de tráfico
registrados. Cuatro de los fallecidos eran motoristas y otros dos
ciclistas. El día
de mayor siniestralidad fue del sábado,
con seis accidentes, en los que fallecieron seis personas y nueve
quedaron con heridas de diversa consideración, mientras que el
viernes fueron cuatro los percances mortales, en los que cuatro
personas perdieron la vida. De
estos accidentes, seis lo fueron por salidas de la vía,
dos colisiones, tres atropellos a peatones y
dos atropellos a ciclistas.
Finalmente, como dato aclarativo, sepan que ocho de ellos se
produjeron en carreteras convencionales, uno en autopista, tres en
autovías y otro en un camino vecinal.
Por
otra parte, y parece que se trata de un interesado planteamiento
firmado por la Dirección General de Tráfico y que tiene como
objetivo echar una mano a los fabricantes de vehículos y al mismo
tiempo justificar la accidentalidad, se mantiene la idea de que un
coche que ha cumplido más de diez años es un peligro añadido en la
carretera. La directora general ha afirmado, que suponemos se habrá
documentado antes, que estadísticamente, un vehículo de 10 a 15
años multiplica
por cinco el riesgo de muerte.
Y no solo eso: los coches antiguos contaminan un 95 % más.
Naturalmente, los fabricantes confirman que, desde que empezó la
crisis, los coches no han dejado de envejecer y han pasado de tener
ocho años de media en 2008 a superar los once en la actualidad. De
hecho, afirman,
uno de cada cuatro tiene más de quince años.
En cuanto a otra realidad más preocupante, la que confirma que los
coches pasan menos revisiones, se nota en las estaciones técnicas
de vehículos. Ni los descuentos de los fabricantes, ni los planes
PIVE del Gobierno han
conseguido que rejuvenezca la flota
de vehículos, aunque está claro que sí han ayudado a la
recuperación de un mercado que ha pasado por momentos realmente
preocupantes.