Si
calificamos el instante como apasionante, no creemos que nadie lo
cuestione. Y es así porque es la primera vez que nuestro país se
sitúa ante un inmediato futuro que no será controlado, al menos no
mayoritariamente, por los dos partidos que hasta ahora se habían
responsabilizado de su gobernabilidad: Partido Popular y PSOE. Cierto
que no han faltado los partidos nacionalistas en Cataluña y País
Vasco, pero no tienen sin representatividad en el resto de España.
Así ha ocurrido también en la mayoría de los ayuntamientos, en los
que se han incorporado nuevos partidos, todos procedentes de mareas
populares, que tendrán la oportunidad de implantar sus respectivas
improntas allí donde se les permita, porque recordemos que por el
momento la representatividad de algunos de ellos es casi testimonial.
En nuestro caso, con una ciudadanía inquieta y parece que
ilusionada, PSOE y PA firmaron el jueves pasado un acuerdo al que no
se ha unido Izquierda Unida sin que por el momento se hayan entendido
sus razones o dudas, seguro que legítimas, pero no explicitadas del
todo. De hecho, no se ha justificado si este desacuerdo responde a su
experiencia, a su coherencia o a su ausencia de protagonismo en el
texto firmado, aunque parece es la experiencia la que ha decidido
finalmente la posición de esta organización política. La realidad,
por tanto, es que Andújar será gobernada por dos partidos que
tienen como objetivo concreto el de sacarla adelante, concretamente,
a decir de sus representantes, del oscuro presente en el que está
inmersa.
Como
hemos tenido oportunidad de darles a conocer el texto íntegro del
acuerdo, optamos por compartir con ustedes la dinámica que hasta el
sábado vivieron y protagonizaron los representantes de los partidos
en liza, especialmente el del alcalde saliente, señor Estrella, que
ha aprovechado casi hasta el último instante para dejar el cargo,
inaugurando todo lo que el tiempo le ha permitido, y dejando, con
toda la legítima intencionalidad que le ha sido posible, un sello
especial de lo que ha sido su dedicación a lo largo de los doce dos
años que ha estado al frente del Ayuntamiento. Cuando se ha
ostentado puesto de tanta responsabilidad se entiende que el
protagonista eche mano de su currículo y lo comparta con la
ciudadanía, que ha sido su principal objetivo a lo largo de estos
años. Lo que a partir de ahora decida desde los escaños de la
oposición en el salón de plenos, evidentemente es algo que le
compete al grupo que representa y con el fin concreto, suponemos, de
volver a ocupar el sillón de la Alcaldía en la próxima
convocatoria electoral.
En
cuanto al nuevo gobierno, ardua tarea por desarrollar que seguro no
estará exenta de altibajos y de enfrentamientos políticos que
buscarán su descalificación, pero como se trata de algo conocido e
incluso esperado, porque recordemos que, a falta de sinceridad
personal y de capacidad de análisis, se suele tirar por el camino de
en medio a falta de argumentos de credibilidad, desestimarlos y no
caer en la trampa entendemos que será la mejor decisión, y más
cuando se sabe que la ciudad no está para perder el tiempo en
diatribas absurdas que solo persiguen frenar lo que debería ser,
desde ya, imparable. Por delante, además de lo intrínseco a
ejecutar en la Casa Consistorial, que tampoco debe ser moco de pavo,
e iniciar la auditoría en cuanto sea posible, máximo a vuelta de
vacaciones, que también ha sido solicitada por los populares aunque
éstos han matizado que no externa; el futuro industrial de la ciudad
y, consecuentemente, de todo el colectivo que espera desde hace años
que se confirmen las variadas promesas realizadas al respecto, aunque
ciertamente que todas ligadas a fechas electorales, con
retroexcavadora incluida, ágape campestre y representantes de todos
los estamentos sociales, comerciales e industriales de la ciudad y
prensa de todos los formatos, para luego volver a dejarlas dormir el
sueño de los justos hasta la próxima cita electoral, debe ser lo
inmediato y que en la calle sea observado como la fórmula de trabajo
elegida para toda la legislatura y no para mantenernos entretenidos.