miércoles, 17 de junio de 2015

TIEMPOS NUEVOS NO EXENTOS DE DIFICULTADES

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Definitivamente, el Ayuntamiento se pone en marcha. Sin embargo, las prisas, que recordemos no son buenas consejeras ni compañeras de noches de insomnio, no han tenido nada que ver con la distribución que se ha hecho de las delegaciones o concejalías que dinamizarán la vida municipal de nuestra ciudad, ya que una de la premisas contraídas por los integrantes de la mesa de trabajo previa a la toma de posesión era precisamente la de encajar a las personas, por su preparación, conocimientos y capacidad de esfuerzo, en el lugar que más se ajustaba a sus perfiles. Y así ha sido. De hecho está siendo lo más comentado de puertas afuera, es decir, que la ciudadanía ha percibido rápidamente que la ubicación del concejal responde a la perfección a la tarea que ha venido desarrollando antes de las elecciones en los diferentes encuentros que ha mantenido con las asociaciones de vecinos. Ahora de lo que se trata es de esperar acontecimientos y ver la respuesta que son capaces de dar a una ciudad que lo espera todo de ellas y ellos y a la que habrá que emocionar desde el primer día.

A partir de ahora la figura del alcalde-presidente debería coincidir en todo momento con la de un gestor capaz de entrevistarse con quien haga falta con tal de traerse hasta nosotros las aportaciones de todo tipo que permitan dar salida a los diferentes proyectos, que han sido por cierto, dados a conocer a lo largo de la campaña y para los que, suponemos que con tiempo, se habrán al menos apalabrado antes de prometerlos, no sea que volvamos a lo de siempre y perdamos quizá la última oportunidad que tiene Andújar de salir al mundo a gritar que necesitamos toda la ayuda disponible. Reclamarle a las Administraciones provincial y autonómica que los deberes se han hecho, que el trabajo ha culminado con éxito y que a partir de ahora estamos a la cabeza en proyectos por financiar, en necesidades más que justificadas y en promesas que cumplir. A partir de ahora el río se nos ha quedado corto, lo mismo que el puente romano o el asfaltado de las calles. Andújar debe exigir su industrialización porque para ello se ha preparado y porque otras ciudades lo han hecho aprovechando nuestros propios recursos. No se trata de volver a lo de siempre y andar mendigando lo que es nuestro, ni siquiera comparar nuestras posibilidades frente a las de los demás y sí de reclamar lo que por justicia se merece una entidad que da cabida a casi cuarenta mil almas y que cientos de ellas han perdido toda posibilidad de salir adelante.


Meter a la ciudad entera en los proyectos a desarrollar, compartir con ella las verdaderas posibilidades que tiene de prosperar y las dificultades que se encontrará en el camino debería ser el cauce elegido si de verdad los mensajes de un ayuntamiento participativo es eso lo que en realidad querían decirnos. El resto, o sea, las inauguraciones, los libros, los carteles, los cortes de cintas de apertura de ferias y saraos, los coches y los caballos, las copas con cargo municipal, las motos y las bicicletas, las ferias de barrios y de santos, y los cuentacuentos, para quienes gustan verse allí donde de por medio ande una cámara televisiva o de fotos, pero no para trabajar por una ciudad moderna, equipada y preparada para adoptar decisiones basadas en la prosperidad de sus vecinas y vecinos. De todo esto estamos ahítos y extenuados. Ya está bien.