lunes, 22 de junio de 2015

PRIMEROS PROBLEMAS PARA LAS PROMESAS ESTRELLA

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Como todos sabemos, unos de oídas, otros porque lo han vivido, lo de los cien días de cortesía que se le conceden a los nuevos gobernantes en cualquiera de las responsabilidades conocidas, es decir, nacionales, autonómicos, provinciales y locales, responde a lo que podemos entender como un regalo envenenado que se les hacen si tenemos en cuenta que, pasados éstos, sobre ellas y ellos caen todo tipo de críticas que han estado larvadas a la espera de que pasara este plazo cedido gratuitamente. Dicho esto, que los recién llegados, e incluso los que repiten mandato, anden con las prisas lógicas que demandan los tiempos y, más aún, las promesas que ellas y ellos mismos han hecho a sus respectivos vecinos, es lo mínimo que se sirve en la imaginaria cafetería en la que se reúnen todos en busca de soluciones convincentes para los diferentes planteamientos o promesas que se han realizado ante las miles de personas que han acudido a los diferentes mítines convocados con motivo de las elecciones. Apartado especial para el asunto de los desahucios, de los que hemos visto dos ejemplos más que significativos por emblemáticas ser sus protagonistas: uno en Barcelona, con la nueva alcaldesa, Ada Colau, participando en el bloqueo protagonizado por algunas personas para evitar que una vecina fuera expulsada de su vivienda y finalmente conseguido, suponemos que hasta otro momento; el otro en Madrid, con Manuela Carmena representando el mismo papel, es decir, evitando el desahucio de unos vecinos. De ambas sabemos que trabajan contra reloj para conseguir la participación de las entidades bancarias implicadas en este tipo de decisiones y también que, aunque no cierran la puerta sin posibilidad de entreabrirla al menos, eso de llegar y pegar, denunciar y solucionar el problema, no es tan sencillo. Es más, según pasan los días la realidad nos muestra la cara más dura de un asunto de terribles consecuencias y del que parecen que los que prometieron su erradicación tendrán que ir buscando cauces que permitan aproximarse a los bancos y cajas de ahorro con algo que ofrecerles; lo hablado hasta el momento es evidente que no calman las ansias insaciables de los bancos de recuperar con creces el dinero invertido.

Entre que la promesa estrella era parar radicalmente los desahucios y que ahora, al conocer detalles sobre los programas presentados como tarjeta de visita entre los ciudadanos y obtener su voto, parecen que son solo sugerencias, y que será a partir de ahora cuando se pondrán en marcha de verdad los programas, el panorama político presenta una serie de contratiempos que no todo el mundo acepta y entiende. Y todo porque también los políticos más populistas o demagógicos presentan fisuras importantes o al menos comparables con lo conocido. Lo estamos viviendo en el asunto de Guillermo Zapata, que no se va del todo del gobierno municipal de Madrid; o del consejero del gobierno autonómico también de la capital de España, entre otros, porque tenemos más. Mientras, ya lo ven ustedes, no faltan los que quieren aprovechar el tirón del éxito electoral con el que han sido premiados por los ciudadanos y han decidido recorrer el país en busca de más apoyos. De lo que obtengan a lo largo de las diferentes visitas programadas, poco que decir; como mucho, que estamos convencidos que están abusando de populismo y que es una situación que puede volverse contra ellos mismos en el momento en el que alguien se plantee que las necesidades de los españoles no son precisamente las de andar de mitin en mitin y sí que le solventen sus problemas. Y son tantos, tan variados y urgentes, que no acabamos de entender del todo la dedicación que hacen algunos acumulando kilómetros entre baños de masas mientras se siguen produciendo desahucios y miles de niños no se nutren correctamente. Con esto queremos decir que los esfuerzos, tanto físicos como intelectuales, deberían orientarse en todo momento hacia donde de verdad son necesarios. Lo demás, brindis al sol.