miércoles, 30 de septiembre de 2015

AYER, DÍA MUNDIAL DE LA TAPA

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Ayer se celebró el día mundial de la tapa. Sí, para algunos puede resultar sorprendente, pero el mundo entero, todos los 29 de septiembre, rinde homenaje a algo tan compartido por los humanos como es la tapa, un pequeño bocado que en algunos casos alcanza categoría de primer plato y que, concretamente en España y entre nosotros, forma parte de nuestras costumbres más arraigadas. La fecha elegida y la convocatoria como tal se debe a la asociación “Saborea España” y cuyo objetivo es promover y compartir la gastronomía de nuestro país para que forme sea un atractivo turístico más. Se sabe, por ejemplo, que de los más de sesenta millones de turistas que visitaron España el año pasado, más de siete millones se decantaron por nosotros precisamente por nuestra cocina. Dicho esto, deducir que los alimentos y, más aún, cómo los cocinamos, han conseguido categoría de primer orden cuando de escoger dónde los comemos se trata, no parece que admita dudas. Y la tapa está ahí, esperándonos en el bar de la esquina o en el restaurante de la avenida. Entre nosotros, que en realidad es a lo que vamos, porque nos debe interesar por encima de todo lo nuestro, lo primero que nos llama la atención es la fecha que elegimos para dedicárselo a este regalo gastronómico, al que además le hemos dado categoría de ruta. Y es que, siempre de acuerdo con buena parte de los baristas, ni es la mejor, porque se pierde sinergia positiva de gran importancia económica al coincidir con otros eventos que le restan presencia de clientes, y porque no se cuida el detalle de la protagonista del encuentro, es decir, la tapa. De entre las quejas o denuncias más compartidas, la falta de imaginación de algunos participantes, que no van más allá de la elementalidad en la confección, y escasa originalidad en el resto.

Unirse al mundo compartiendo el día de la tapa, que es lo que se hizo ayer, es una posibilidad más de negocio del que nosotros, nuestros hombres y mujeres de bares y restaurantes, debían aprovecharse si de verdad lo que buscan es reencontrarse a diario con clientes con ganas de conocer sus especialidades. Sin embargo, como hemos comprobado, la fecha ha pasado sin pena ni gloria, suponemos que debido al desconocimiento que existe entre los profesionales del sector. La realidad es que la tapa en toda su dimensión se ha convertido en un atractivo de gran importancia gastronómica entre quienes visitan nuestros establecimientos de hostelería, y aquellos que menosprecian este fenómeno o no acaban de dimensionarlo correctamente, estamos convencidos que lo sentirán en poco tiempo. De hecho, aprovechar la corriente compartida de quienes apoyan decididamente el día de la tapa en el mundo, por el momento aumenta en número y en calidad de manera que actualmente solo quedan algunas ciudades por incorporarse a esta convocatoria. El negocio que ha generado en los últimos años el encuentro es lo suficientemente importante como para, cuando menos, aprovechar la dinámica que mantiene desde el año en que se implantó.


A partir de ahora, y con un año por delante, es decir, con tiempo suficiente para preparar cómodamente la posibilidad de unirse o no a esta celebración, esperamos conocer la opinión de nuestras mujeres y hombres de los fogones más representativos de la ciudad. Al fin y a la postre, son ellas y ellos los únicos protagonistas, eso sí de una importantísima cita económica con la tapa como objetivo, de una celebración con categoría mundial.