martes, 15 de septiembre de 2015

EL FUTURO DE SANTA MARINA, ¿SIN FUTURO?

Imprimir

Independientemente de los resultados positivos que acaben trayéndonos los esfuerzos que aseguran se están haciendo por parte de los nuevos dirigentes políticos de nuestra ciudad, lo evidente es que algo está cambiando en este importante apartado de la política, puesto que al menos en lo entrevistarse con los diferentes responsables políticos, especialmente de la Administración autonómica, es como si hubiéramos cogido carrerilla o gustillo a la cosa y ahí están los nuestros, aporreando puertas y buscando ideas, apoyos y, sobre todo, dinero, para invertir en donde falta parece que hace. De si es fundamental para la viabilidad de los proyectos presentados en tiempo electoral lo de ir a que te conozcan allí donde se decide el futuro de nuestra comunidad, al menos esa es la impresión que da, aunque tengamos que esperar a los resultados si queremos ser justos y no incondicionales o palmeros de las políticas de los dirigentes de turno.

Sin embargo, aceptando que la impaciencia forma parte de nuestro ADN, ¿alguien ha dicho algo sobre la recuperación de santa Marina? Oigan, es que ese templo reconvertido en centro cultural en donde se desarrollaban la práctica totalidad de los eventos con algo de importancia y brillo en nuestra ciudad, parece condenado a mantenerse cerrado por el peligro de derribo que alberga y que ni Obispado ni Ayuntamiento han dicho este inmueble es mío, aunque todos sabemos que forma parte del patrimonio eclesiástico y actualmente cedido a la Casa Consistorial, que deberá correr con los gastos de mantenimiento y recuperación que sean necesarios. Y en eso estamos actualmente, en la tensa espera que supone el no conocer noticia alguna que nos alivie de la duda que nos quita el sueño y que tanto ayudaría a la ciudad, especialmente a los colectivos empeñados en proyectar una Andújar culta y comprometida desde lugar tan emblemático.
El primer susto que nos dio el antiguo templo lo vimos en su torre, en su espadaña, aunque venía anunciando desde lejos que no estaba en las mejores condiciones para ser utilizado como venía siéndolo. Se le abrazó con grandes columnas de hierro y así se mantuvo por años, no sabemos si porque no sabían cómo actuar o porque se buscaba financiación, aunque fuese atípica, que permitiera su recuperación. Afortunadamente pudimos quitarnos de en medio la pésima imagen que nos proporcionaba la preobra y recuperar su aspecto exterior, pero todo quedó en eso, puesto que no tardó mucho en anunciar por sí misma que no podía más, que estaba en situación de ruina manifiesta y peligrosa, y que lo mejor era salir de su interior antes de que ocurriera una desgracia.

Precisamente por lo que les decíamos al principio de nuestro comentario, ¿se habrá tenido en cuenta por parte de nuestros políticos reunirse con quienes pueden echarnos una mano desde Sevilla e invertir en este viejo templo que tanto necesitamos? Sabemos que entre nosotros no faltan colectivos que, como es nuestro caso, nos invitan a que nos incorporemos al grupo de quienes trabajan en favor de la recuperación de este viejo edificio, convencidos, y en eso también coincidimos, de que mantenerlo cerrado contribuye claramente a su deterioro. Por eso no hemos planteado hoy a santa Marina como un ejemplo de dejadez municipal que, como parece que le ha ocurrido a una gran mayoría de la ciudadanía, ahora espera que los recién llegados se armen de valor y decidan el inmediato aterrizaje de cuadrillas de profesionales y de máquinas que acaben con la peligrosa ruina que se consolida a nuestro lado.