miércoles, 9 de septiembre de 2015

INVITACIÓN A PENSAR POR NOSOTROS MISMOS

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Quizás sea cosa nuestra o percepciones equivocadas, pero apreciamos en la crítica generada en contra de la feria algo más que intención por menospreciar el trabajo desarrollado por las personas que se han involucrado en su organización. Es más, algunas rezuman rencor y envidia en grandes cantidades, y eso no es bueno ni siquiera para quienes patrocinan este tipo de opiniones. Y es que una cosa es echar por tierra lo que hacen los demás porque realmente lo han hecho rematadamente mal o simplemente se trata de criticar por criticar. De hecho, es tal el despropósito de algunos, que deducir que se trata de una simple rabieta con el añadido de una buena razón de envidia es lo menos que aparenta para el lector, que tiene todo el derecho del mundo a llegar a conclusiones tan disparatadas como las propias opiniones. Con todo, está bien lo de que cada uno diga lo que le parece ante los demás, que exprese lo que opina sobre lo puntual, pero si tenemos en cuenta que lo enorme, lo desproporcionado, lo trascendente está por conocer, tampoco sería descabellado poner en uso la paciencia, que viene a ser lo así como asumir los valores del santo Job y aparecer ante el resto del mundo como personas inteligentes y no como niños caprichosos y mal criados.

Según nosotros, lo que nos debería interesar mientras esperamos datos sobre lo que ha ocurrido con los esfuerzos llevados a cabo desde nuestra Casa Consistorial, es lo importante, lo trascendente. Con esto queremos decir que ha sido el Partido Socialista a lo largo de la campaña electoral y cuando se le ha pedido confirmación sobre sus promesas, quien se puso al frente de las justificadas y ansiadas necesidades de toda la ciudad y se trata de comprobar si está en el asunto y no tanto, por intrascendente, en si los fuegos artificiales del lunes duraron más que el año pasado o si fueron más espectaculares. Por supuesto, ahondar en el tema de los Llanos del Sotillo, lo de Innovandújar, recuerden, que hasta ahora se ha tragado unos cuantos millones de euros de los que nadie ha dado cuentas creíbles hasta ahora y que ha arruinado a más de uno de los propietarios de esos terrenos; o si por fin nuestra ciudad formará parte del corredor del Mediterráneo que nos permitiría no solo mantener, sino aumentar la importancia de la comarca en los planes de desarrollo de Edif o Renfe; o si saben algo en el Ayuntamiento sobre las empresas de las que nos hablaron y que generarían puestos de trabajo… Por supuesto, una vez casi superados los cien días desde que tomaron posesión del cargo, preguntarles en qué han consistido sus tareas o, mejor aún, cuánto tardaremos en saber de la evolución a positivo de la que tanto nos hablaron en momentos electorales…

Perder el tiempo en nimiedades, aunque tengan algo de importancia e interés personal para unos cuantos, no deja de ser una bagatela para los demás si la comparamos con lo que de verdad nos debe importar. Eso y no caer en el error de dejarnos llevar por quienes, entre sus justificadas necesidades, tienen las de obtener rendimiento de todo lo malo que le ocurra al vecino, que tampoco faltan. Basar nuestras críticas en lo importante acaba siendo mucho más práctico que perder el tiempo en lo básico, aunque tengamos que reconocer que es más cómodo y rentable entre quienes, como nosotros, tienen pocas necesidades que cubrir. Por todo esto, ¿no sería mejor esperar hasta el próximo año para hacer comparaciones? ¿Qué podemos exigir a unas personas que acaban de llegar a una cocina que ha sido usada hasta hace solo dos meses y que no parece que la hayan dejado todo lo limpia que debían? Sinceramente, les invitamos a que piensen por sí mismos y que no se dejen llevar por intencionadas campañas de desprestigio que finalmente, por otra parte, acabarán cansando hasta sus propios creadores.