martes, 22 de septiembre de 2015

LOS POLÍTICOS Y SUS SUEÑOS

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Nuestro consejo, si ustedes lo aceptan, es que se tomen las cosas de la política con calma, con objetividad y no cayendo en el error de creérselo todo. No hace tanto muchos de nosotros caímos en manos de grandes embaucadores y desde entonces no levantamos cabeza, especialmente quienes, además de ilusión, pusieron dinero para hacer realidad lo que a todas luces le habían vendido como la reina de la corona, que es como se conoció durante algún tiempo el asunto de Innovandújar o recta del Sotillo. Si recuerdan, más de trescientos mil metros cuadrados de jardines era el espacio verde que se había reservado, para que comprobáramos que el Ayuntamiento pensaba en el medio ambiente y en las personas, nos decían desde la Concejalía de Desarrollo Local; y, claro, no faltaría un hotel de cinco estrellas en semejante espacio, y al que luego se le uniría otro de las mismas características a construir por iniciativa privada en lo que conocemos como antigua fábrica de harinas; un centro de congresos, varias superficies comerciales, una vía férrea específica para el transporte de las mercancías que allí produciríamos, y, por supuesto, Ros Casares con su acerería, que vendría acompañada de empresas de gran importancia económica y productiva. En fin, una zona que hoy se ha limitado a tragarse, como por arte de magia, más de seis millones de euros, por lo que nos dicen, y que sigue siendo un erial improductivo que ha herido de muerte a sus propietarios, que esperaban, porque así se lo dijeron, multiplicar el precio de los terrenos por diez o doce y conseguir ganancias millonarias de la noche a la mañana.

Ahora llegan los nuevos, los que desde el primer momento dijeron que el proyecto de Innovandújar, tal y como lo habían diseñado, era inviable, y lo hacen con buenas nuevas. Quieren desempolvar otro proyecto de grandes proporciones, que fue el suyo desde el principio, por cierto, que puede parecer todo lo posible que ustedes quieran, pero que a nosotros, para como es Andújar y la mala suerte que tiene, nos sigue pareciendo un sueño. Se trata del puerto seco o plataforma intermodal, que viene a ser una zona delimitada en el interior de la cual se ejercen, por diferentes operadores, todas las actividades relativas al transporte, a la logística y a la distribución de mercancías, tanto para el tránsito nacional como el internacional. La plataforma en cuestión debe tener un régimen de libre concurrencia para todas las empresas interesadas en las actividades anunciadas. Debe también estar dotada de todos los equipamientos colectivos necesarios para el buen funcionamiento de sus actividades y comprender servicios comunes para las personas y para los vehículos de los usuarios, además de estar obligatoriamente gestionada por una entidad única, sea pública o privada. La función de las plataformas logísticas ha sufrido una evolución funcional en el tiempo, que no es homogénea ni equiparable en los distintos países, existiendo, por tanto, una superposición de tipologías de plataformas logísticas.


Y eso es lo que quieren implantar en los terrenos propiedad del Ayuntamiento, porque el nuevo equipo de gobierno municipal ha recibido el apoyo de la Junta de Andalucía y precisamente por eso se ha desplazado hasta nosotros un importante gestor autonómico con responsabilidad en asuntos de esta clase, lo que en ningún caso nos debe hacer creer que todo irá sobre ruedas y que no tardaremos en ver técnicos y máquinas construyendo ese sueño. Como referencia obligada para entender mejor el asunto: recuerden al señor Montoro prometiendo ante los medios de comunicación que nuestra ciudad iba a formar parte de otras que podían optar a la instalación entre nosotros de la empresa fabricante de los helicópteros Tigre. Luego dijo que no, que su idea era que Andújar fuera la elegida directamente, pero se sabía que se trataba de una promesa política en momento electoral y que era una gran mentira. Dicho esto, teniendo en cuenta el muchísimo rendimiento político que se obtuvo por quienes vieron un filón de críticas inagotable a su alcance, tanto que casi ha llegado hasta nuestros días, ¿se parecerá en algo lo del dichoso puerto seco? Pues ya saben, a cuidarse de ilusiones irrealizables.