Ajustándonos
estrictamente al guión que Izquierda Unida en Andújar nos ha
proporcionado, ¿será verdad que el objetivo político de esta
formación en nuestra ciudad se ha despejado definitivamente y que es
el gobierno municipal en manos del PSOE sobre quien cargará las
tintas, siempre que le sea posible? Al menos hasta el momento así ha
sido, puesto que, primero no aceptaron unirse al proyecto de gobierno
de la ciudad, luego, la primera rueda de prensa, que estuvo a cargo
de Juan Antonio Sáez Mata, fue un manifiesto correctivo a las
declaraciones realizadas por el actual alcalde de la ciudad, sobre el
estado de las cuentas y la deuda, que, según él, había dejado el
anterior gobierno como herencia que les mantendría por mucho tiempo
manos y los pies atados. El señor Sáez se encargó de corregirle la
plana informándonos a los medios de que no se nos dijo que existe
otra deuda, ésta en manos de la Junta de Andalucía, y que, en caso
de que la abonara, los números serían otros. En el caso del señor
Cazalilla, el actual concejal de la coalición en el Pleno, vino a
compartir con nosotros la semana pasada que no entiende cómo el
nuevo gobierno no ha sido capaz de presentarse, después de los cien
días, con la dinámica del Ayuntamiento al día y engrasada para
comenzar a andar. Es más, que echa de menos que no se haya
presentado ante la ciudadanía para compartir con ella dónde nos
encontramos, cuál es nuestro inmediato futuro y un programa
municipal en el que consten los diferentes proyectos a desarrollar a
lo largo de los cuatro años de gobierno bajo su responsabilidad.
Nosotros
no llegamos a entender la posición de la coalición ni tampoco nos
importa, pero sí que intuimos que algo falla, que algo no va bien y
que alguien está responsabilizando a alguien de su propio futuro y
quizá hasta de los resultados electorales. Como saben ustedes,
Izquierda Unida y PSOE firmaron un acuerdo para la gobernabilidad de
la Junta de Andalucía que se mantendría hasta el final de la
legislatura. Pero no fue así. De forma unilateral, sin aviso previo
y es posible que hasta con nocturnidad y alevosía, la presidenta
Susana Díaz decide que no podía seguir con el pacto y opta por
citar a las urnas a los andaluces y preguntarles sobre qué partido
elegirían para que les gobernaran. Evidentemente, que el acuerdo
saltara por los aires no cayó nada bien en la otra parte, que a lo
largo de la precampaña se encargó de aproximar su realidad al
electorado, y que después, una vez conocidos los resultados, que no
fueron ni de lejos lo que esperaban, apretaron el acelerador de forma
que la figura de la presidenta y del propio PSOE resultaran
perjudicados. De hecho, desde las elecciones hasta hoy, del habitual
entendimiento que desde siempre han tenido estos dos partidos se ha
pasado a un menosprecio compartido del que, consecuentemente, solo se
desprenden quejas y enfrentamientos.
La
rueda de presa de la semana pasada confirma lo que les comentamos y
entendemos que es una buena muestra de la interpretación que
nosotros hacemos, con perdón por la intromisión, sobre la situación
que viven PSOE e Izquierda Unida. Naturalmente, es nuestra opinión
y, por tanto, cuestionable, pero como se trata de algo nuevo,
desconocido e inesperado, lo hemos incorporado a nuestro temario con
el fin de compartirlo con todos ustedes y que acaben siendo los
intérpretes y jueces de un enfrentamiento político del que
esperamos y deseamos resultados positivos para la ciudad y sus
moradores.