jueves, 24 de septiembre de 2015

POR FIN, NUEVA LEY AUDIOVISUAL AUTONÓMICA

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Los medios de comunicación legalmente establecidos, es decir, los que formamos parte de aquellos que controla el Gobierno de la nación y, al mismo tiempo, las autonomías, que lo hacen bajo una serie de leyes que vigilan su funcionamiento y que mantenemos al pie de la letra los mandatos de las leyes, estamos de enhorabuena. Sí, porque por fin el gobierno autonómico ha decidido afrontar el tema de los medios de comunicación ilegales de forma que, entre otras razones de peso, no podrán seguir funcionando si para ello necesitan de publicidad pagada por sus clientes. Dicho esto, parecería que es hasta posible que todo siga igual que está, o sea, que no pasa nada, que cualquiera puede instalar una emisora de radio, iniciar a emitir sin control oficial alguno, introducir publicidad cobrándola, por supuesto que sin impuestos y a precios de saldo porque sencillamente no tiene más gastos que los que puede generarle el fluido eléctrico, y que nadie le invite a irse con la música a otra parte. A partir de ahora sí, sí porque el asunto cambia como de la noche al día y entre los inspectores oficiales que acudirán por sí mismos o ante la denuncia interpuesta en busca del infractor, las multas que les caerán a los anunciantes, ya sean agencias o particulares, y las millonarias que les impondrán directamente desde la Junta de Andalucía a los responsables de estos medios de comunicación que funcionan sin la licencia pertinente, no creemos que se les ocurra mantenerse como están por mucho tiempo. Concretamente, para las emisoras ilegales, éstas irán desde los 20.001 euros hasta los 200.000. En algunos casos concretos la sanción puede alcanzar el millón de euros.

La figura del anunciante adquiere aquí, porque así lo ha querido la autoridad competente, categoría de protagonista de primera clase, ya que son ellos los que, con sus anuncios, mantienen a este tipo de piratas de tres al cuarto que a lo más que llegan es a malvender el trabajo de otros medios y a entorpecer su legítima labor diaria. No informan ni entrevistan a nadie; no mantienen relación contractual con ninguna de las personas que trabajan en ellos, no pagan ningún tipo de impuestos, incluido el IVA que deberían cobrarle a sus clientes, y por supuesto no presentan liquidación a la Hacienda Pública ni a la Seguridad Social. Se entretienen en echar mano de las programaciones de otras emisoras de radio sin su permiso y las emiten desde su punto en el dial; con esta programación acuden a comercios de todos los segmentos y les invitan a que sintonicen con ellos para comprobar que lo suyo es solo música, que no locutan, que no les molestan… En definitiva, un robo descarado que se produce a diario en masa y que a nosotros, aquí en Andújar, tampoco nos falta. Se autoproclaman profesionales del sector sin más preparación que, como mucho, el graduado escolar aprobado, y a partir de ahí entiendan ustedes que pueda ocurrir cualquier disparate.

Por eso les decíamos que la figura del anunciante en este tipo de emisoras será determinante para su desaparición. Y es que las sanciones económicas que les pueden caer no son nada despreciables, ya que pueden llegar hasta los doscientos mil euros. Así, una vez aprobada la nueva ley, las emisoras que no posean permiso oficial para emitir se hacen acreedoras a sanciones de muchos miles de euros; y, si encima incorporan publicidad, la multa será doble, puesto que no solo será para el que comete el delito, sino, como ya hemos dicho, también para el anunciante que usa de los servicios de un medio que no consta en ninguna relación oficial que se lo permita.