martes, 27 de octubre de 2015

LO NUESTRO POR ENCIMA DE TODO

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El que la ciudad y su patrimonio general se involucre de vez en cuando en asuntos de trascendencia social y económica, como ocurrió el pasado fin de semana con nuestra presencia en Tierra Adentro y la organización y desarrollo de la fiesta comercial por excelencia que se celebra anualmente en nuestras calles, no debía perderse de vista porque, entre otras enseñazas, nos ha mostrado en público como una ciudad emprendedora, capaz, suficiente en la mayoría de sus decisiones y con una gran capacidad de inventiva para marcar diferencias. Dicho esto con la cautela que conviene y convencidos de que los tiempos no están precisamente para desperdiciar sinergias tan rentables como pueden ser estas, no estaría de más que alguien se dedicara a tiempo completo a recoger esfuerzos e ideas y depositarlos en el salón de los tesoros, no sea que las perdamos en cualquier momento y tengamos que abonarlas aparte y, encima, a gente que nada tiene que ver con nosotros y nuestro futuro, que lo único que saben hacer es estandarizar sus realizaciones y dedicaciones y llevarlas y traerlas allá donde se las paguen bien. Evitaríamos así el que nuestros proyectos fueran unos más, sin la personalidad que conviene y sin las características más peculiares de nuestra idiosincrasia, que para eso las tenemos y que deberían hacernos sentir orgullosos.

Por supuesto que no seríamos los primeros en el esfuerzo que reclama este tipo de políticas creativas y organizativas, pero sí conseguiríamos la diferencia en lo acabado, la excelencia en el desarrollo y algo fundamental en los tiempos que corren: la originalidad, que viene a ser algo así como lo exquisito e irrepetible. Andújar Flamenca, que en su edición de la próxima primavera camina con paso firme y decidido a la caza y captura de los mejores calificativos, fue presentada en Tierra Adentro la tarde del pasado viernes y la organización no solo aprovechó el instante del espectáculo como debía y exigía el escenario, y las personalidades que lo apoyaban, sino que supo presentar el evento cargado de calidad estética por sus cuatro costados, mostrando una Andújar renovadora en conceptos tan diferentes como el amor por lo bien hecho y unas diseñadoras de tronío capaces de aupar a los altares el vestido de faralaes o de gitana. Dicho esto, ¿seríamos capaces de desaprovechar tiempos tan esperanzadores? Por ahora, sobre unos cuantos soñadores recae todo el esfuerzo, la tensión, el miedo a lo que pueda pasar cuando de tanto movimiento de personas y de conocimientos se trata, pero lo han conseguido, y les podemos asegurar que con creces.


Por todo esto nos alegramos del trabajo que se ha ejecutado en el escaso tiempo del que ha dispuesto la organización para reunirse con la Diputación provincial y sus máximos representantes, y más aún de lo que han obtenido como promesa de participación del ente provincial en un evento de proporciones descomunales que hemos aupado entre todos y que entre todos debemos mantener. Andújar Flamenca no es solo un encuentro anual con la moda flamenca; ni siquiera la reunión de los mejores diseñadores y diseñadoras de una moda tan diferente como especial. Por encima de todo es la confirmación de nuestra capacidad para enfrentarnos a otros retos, de huir de lo de siempre y de plantarle cara a convocatorias de la importancia social y cultural de Andújar Flamenca. Naturalmente, teniendo en cuenta los niveles de popularidad que ha conseguido, su implantación en el escaparate de lo flamenco y su capacidad de convocatoria, que nadie menosprecie a los que vemos llegar sigilosos en busca de algo de protagonismo. Ni son pocos y, además, saben muy bien lo que hacen y lo que quieren.