Con
diferencia, no hay nada más rentable, se trate de lo que se trate,
que tener a alguien al que echarle la culpa de un mal resultado
empresarial o futbolístico; y no les decimos nada si la cosa va de
política, porque entonces nos viene como anillo al dedo. Que no se
consiguen los votos que se preveían y de los que se había
presumido, pues nada, la responsabilidad recae sobre el que tengamos
a mano; y lo mismo si la cosa va de presupuestos o de expectativas
políticas de cualquier rango. Lo que interesa, primero, es tener un
bocazas al que se paga específicamente para dar la cara en este tipo
de circunstancias o momentazos, y, segundo, la rapidez necesaria e
imprescindible para saber estar ahí, en el momento justo, para
desmentir o responsabilizar a quien sea de lo mal que te van las
cosas a ti mismo. Entre nosotros, que ya estamos de vuelta en temas
de este corte, será por entrenamiento o por genética, el caso es
que lo llevamos fenomenalmente y no parece importarnos ni el cómo ni
el dónde, porque lo que finalmente nos interesa por demás es el
hecho de haber estado al quite y no haber perdido la vida en el
intento, que no crean ustedes que es una maniobra sencilla.
Por
ejemplo, Podemos, el partido político que parece que ha comenzado un
declive peligroso hacia el olvido o rechazo popular y que hasta hace
unos meses era imparable en su camino a la Moncloa, ahora rectifica,
eso sí culpando a todo el mundo, y declara públicamente que no está
preparado, al menos no del todo, para enfrentarse con algo tan gordo
como es gobernar nuestro país. Y lo ha dicho nada menos que su
secretaria de Análisis y Programas, la señora Carolina Bescansa.
Todo indica que la reflexión a la que ha llegado responde al
resultado de las encuestas internas que maneja el propio partido, que
vienen a confirmar y a asumir que no estarían en condiciones de
ganar las elecciones y, por tanto, para liderar un gobierno en
España. Naturalmente, del todo, lo que se dice del todo, como sería
tirar la toalla, tampoco, porque al tiempo que asumía lo mal que le
están saliendo las últimas encuestas a Podemos, asegura que las
urnas, juezas implacables, pueden acabar dándole una vuelta a la
actual situación. Su actitud a partir de ahora, trabajar mucho, pero
mucho y muy duro, para recuperar el terreno perdido.
Ligado
a Podemos anda también el Partido Popular, que lo ha necesitado para
justificarse ante Europa y ante los españoles por el asunto del
déficit y las dificultades que tendremos para conseguirlo, si es que
se consigue sin las exigencias de Europa, es decir, más ajustes,
menos gastos y más responsabilidad con el dinero. Así, su portavoz
en el Congreso, señor Hernando, ha encontrado en Podemos, PSOE y el
resto de partido radicales que ahora gobiernan autonomías y
ayuntamientos, a los responsables de todos los males de su partido y
del país. Y todo porque afirma contundentemente que son fuerzas
amantes del gasto público. Puede parecernos una forma poco ética de
solventar el tema, pero los incumplimientos de los límites de
déficit sobre las cuentas de las autonomías y los ayuntamientos,
según este señor y su partido, son responsabilidad directa de ellas
y ellos. Y punto. Bueno y coma, porque tampoco ha querido pasar de
puntillas del todo por Europa y ha dejado un recado envenenado al
comisario de Economía Pierre Moscovici, que fue quien la semana
pasada anticipó el resultado del análisis del ejecutivo comunitario
sobre el proyecto de presupuesto español. En la cara le ha dicho que
se ha dejado llevar por su filiación socialista. Y, según cuentan
las crónicas de sociedad y las políticas, se ha quedado tan pancho.