miércoles, 25 de noviembre de 2015

DÍA MUNDIAL DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

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Hoy, como seguro saben, se conmemora en todo el mundo el Día de la Violencia contra las Mujeres, que tiene o se presenta en infinidad de formas, desde la física y sexual, hasta la psicológica y la económica. Estos tipos de violencia están interrelacionados entre sí y afectan a las mujeres desde su nacimiento y hasta su mayoría de edad. Algunos, como sería el tráfico de mujeres, incluso cruzan las fronteras nacionales y las mafias dedicadas a este negocio se encargan de reubicarlas en países que no conocen y en condiciones muy parecidas a la esclavitud. También se sabe que las que son violentadas sufren infinidad de problemas de salud al tiempo que disminuye su capacidad para participar en la vida pública, de relacionarse con los demás. Y afecta a familias y comunidades de todas las generaciones y refuerza otros tipos de violencia prevalecientes en la sociedad. Por supuesto, agota a las mujeres, a sus familias, comunidades y naciones, ya que no se limita a una cultura, región o país específico, ni a grupos particulares de mujeres en la sociedad. Las raíces de la violencia contra la mujer yacen en la discriminación persistente en su contra. De hecho, hasta el setenta por ciento de ellas experimenta violencia en algún instante de su vida, siendo la más común la inflingida por su pareja, incluyendo mujeres golpeadas, u obligadas a mantener relaciones sexuales, o abusadas de alguna otra manera. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud en once países determinó que el porcentaje de mujeres que han sido sujetas a violencia sexual por su pareja habitual varía del seis por ciento en Japón hasta el cincuenta y nueve por ciento en Etiopía. Por otro lado, diversas encuestas mundiales sugieren que la mitad de todas las mujeres que mueren de homicidio son asesinadas por su esposo o pareja actual o anterior, que es a lo que últimamente estamos asistiendo en nuestro país.

Entre nosotros, por el momento mantenemos los mismos vicios y defectos de siempre, es decir, que se ha avanzado muchísimo en todo lo relacionado con los malos tratos y las muertes de mujeres, pero que se mantienen las mismas cifras de años anteriores. Y eso que disponemos de una ley específica, de cuerpos de seguridad del Estado dicen que dotados y suficientemente preparados para realizar su trabajo con absoluta eficacia, y nos lo creemos porque conocemos sus dedicaciones y esfuerzos, pero no se ha conseguido, por ejemplo, la implicación social y familiar, y especialmente la de la propia mujer violentada, que sigue perdida en la vorágine burocrática en la que administrativamente está encerrada su causa. De hecho, porcentajes controlados por el Consejo General del Poder Judicial nos ponen sobre la mesa una realidad agobiante; entre otros datos, que no baja el número de denuncias diarias por violencia de género, que la quiebra de la denuncia antes de llegar al juzgado, es decir, las mujeres que se arrepienten y deciden retirarla, aumenta preocupantemente o que los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas actuales o anteriores, sobre todo en el momento en el que éstas deciden unirse a otra persona, se parecen mucho año tras año.


Por ahora, en España, si tenemos en cuenta que el número de mujeres asesinadas es de cincuenta y cinco, si nadie lo remedia o la cordura no se impone entre estos potenciales asesinos, los datos nos avisan de que a lo largo de este año, del que aún queda más de un mes, superará con creces los datos del pasado, que recuerden llegaron a ser cincuenta y una. En 2007 fueron setenta y una; en el 2008, ochenta y cuatro; 2009, sesenta y ocho; 2010, ochenta y cinco; 2011, sesenta y siete; 2012, cincuenta y siete; 2013, cincuenta y siete, y en el 2014, cincuenta y nueve mujeres asesinadas. O sea, que en solo ocho años, quinientas sesenta y ocho mujeres fueron asesinadas. Las causas, los asesinos y las circunstancias las conocemos más que de sobra; solo necesitamos más apoyo institucional, más dedicación política y más inversión en efectividad.