miércoles, 9 de diciembre de 2015

ANTE TODO, MEMORIA

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Naturalmente, la puesta en escena protagonizada por los líderes de Podemos, Ciudadanos y PSOE, además de la vicepresidenta del Gobierno, que todavía nadie ha explicado convenientemente a la ciudadanía su presencia ya que ella no se presenta a las elecciones para la presidencia del país, acaparó la atención de millones de personas. No siempre tenemos oportunidad de un encuentro tan interesante y desde luego que con la novedad añadida de la eliminación de los encorsetamientos habituales a los que asistimos en el momento en el que se habla de conocer las diferencias entre partidos políticos. Por lo tanto, era de esperar la expectación y el desarrollo del programa como tal, que ha servido para que en la calle entendamos algunas de las posiciones que los representantes de los diferentes partidos políticos tienen con respecto a nuestro futuro, aunque casi todos coinciden, una vez más, en reducir o bajar los impuestos, aumentar las inversiones, mejorar el acceso al trabajo, crear millones de empleos, etc., etc., es decir, lo de siempre, porque en realidad del núcleo importante de sus diferentes discursos no hemos escuchado nada nuevo, nada que podamos calificarlo como de revolucionario o incluso impactante. No queremos decir que entre sus propuestas no encontremos soluciones que activen políticas sociales que permitan la mejora de la situación de millones de personas, porque millones son las que lo están pasando realmente mal, pero que esperábamos más contundencia en sus discursos, más compromiso y más convicción cuando de aplicar políticas activas con marcado sello social se trata.

Una situación tan crítica como la que viven tantas miles de personas, a las que les falta de todo, incluido los alimentos básicos, lo que ha sobrado, por exceso y por falso, es el triunfalismo de algunos de los líderes cuando de valorar la situación se trató, ya que dejaron abandonados a quienes llevan años en la exclusa del empleo esperando un trabajo que les permita siquiera sobrevivir. Lo dijimos hace unos días y no nos importa repetirlo: ¿cómo es posible que quien ha sido responsable directo de la ruina que España tiene encima se permita seguir mintiendo en nombre de no sabemos qué bendición divina? ¿Cómo les permitimos que aún no hayan llegado a un acuerdo entre partidos que permita poner orden en tanto caos? Y finalmente, ¿seremos capaces de votarles con tan escaso esfuerzo, con una hoja de resultados tan escueta? Todo indica que sí, que volveremos a tropezar con la misma piedra, como la canción del señor Iglesias, quizá por aquello del miedo a lo desconocido o por confirmar al viejo refrán castellano que nos dice que es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer.


Casi a una semana vista de la cita electoral, aún nos queda lo peor, porque las mentiras se incrementarán, los anuncios de buenas nuevas se multiplicarán a la misma velocidad que serán despedidos miles de trabajadores. Es un hecho contrastado y una realidad sangrante y todo lo demás brindis sin razones. Por todo lo cual, nunca como en estas elecciones es tan importante tener memoria.