Iniciamos
semana con una buena noticia, ya que se aprobaba el pasado viernes el
presupuesto municipal para 2016. Y es que lo de entrar en el año
nuevo con las cuentas hechas es una situación que interviene
directamente en la dinámica municipal de manera directa, puesto que
la Corporación dispone de una herramienta fundamental cuando de
enfrentarse al día a día se trata. Por otra parte, los recién
llegados, con seis meses al frente de la Casa Consistorial, tenían
el ejemplo del anterior gobierno, que cumplió a rajatabla con esta
premisa y dio un giro de 180 grados con respecto a los gobiernos que
le precedieron, que anduvieron más con presupuestos prorrogados que
cerrados en su momento. Evidentemente, el hecho de contar con mayoría
absoluta luego del pacto entre andalucistas y socialistas, como les
ocurrió a los hombres y mujeres del Partido Popular, facilita el
desarrollo de las votaciones a las medidas presentadas en los plenos,
que es donde se discuten y se aprueban o no las propuestas de cada
partido.
A
partir de ahora, con dos millones de euros más que el año pasado y
con ganas de enmendar lo que entienden está mal ejecutado, que
tampoco nos debe extrañar porque al final todos los partidos deciden
de acuerdo con el análisis que realizan los técnicos del
ayuntamiento y sus propias teorías sobre la realidad de las cuentas,
este gobierno estrena año con las cuentas ajustadas, aprobadas y
dispuestas para acudir a los pagos que está obligado a realizar a lo
largo del ejercicio, un trabajo nada fácil si tenemos en cuenta que
tampoco sería de extrañar que alguna factura se hubiera
traspapelado en algún cajón, como de hecho ha ocurrido a lo largo
de los años y a todos los gobiernos, y se deba añadir a la deuda
general acumulada. Una deuda, por cierto, que nos va a tener
hipotecados, en caso de que las previsiones se ajusten a la realidad
de los números que conocemos, por muchos años, porque debemos
recordar que nuestro Ayuntamiento arrastra una descompensación de
caja realmente espectacular, cuando no preocupante. La crisis, como
no podía ser de otra forma, ha sido la causante directa de este
desaguisado monetario, independientemente de que los gastos superaran
los ingresos a lo largo de muchos años y en la actualidad estemos
muy por encima de lo que sería aconsejable. Esto quiere decir que la
tarea que tienen por delante los partidos Socialista y Andalucista
al frente de la Casa Consistorial no será nada fácil, como tampoco
lo fue para el anterior gobierno, aunque ciertamente que con una
contundente diferencia.
Lo
incontestable es que, por mucho que la oposición se empeñe en
llevar la contraria a quienes dirigen el Consistorio, el recuento de
votos acaba inclinando la balanza hacia donde el número es superior.
Por lo tanto, si de verdad se quiere lo que se dice con respecto a
que la ciudad necesita el apoyo de todas las fuerzas políticas y
sociales, que hay que remar en la misma dirección, que el futuro
está en sus manos y que harán lo indecible para ponerse al lado del
equipo gestor a favor de una ciudad más equipada, con más empleo y
con mejor futuro, que se dejen de discursos innecesarios y se pongan
a trabajar en su consecución. Y otra cosa: que a los plenos se debe
acudir con la lección aprendida, que lo de hacer el ridículo es
algo que acaba pagándose y que, por lo que venimos observando,
algunos ya han alcanzado su cota máxima. ¡A cuidarse!