viernes, 26 de febrero de 2016

DE 674 CAMIONES Y FURGONETAS, 96 DENUNCIAS

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De acuerdo con los datos que nos remite la Jefatura provincial de Tráfico, de los que se desprenden una serie de interesantes conclusiones con respecto a la campaña de vigilancia de camiones y furgonetas que se ha llevado a cabo la semana pasada, les informamos de que los agentes de Tráfico han encontrado una serie de deficiencias en muchos de ellos, concretamente noventa y seis en nuestra provincia, que debería alertarnos de una realidad que a veces pasa casi desapercibida al resto de los usuarios. El hecho de que se hayan controlado aleatoriamente a seiscientos setenta y cuatro vehículos destinados a este tipo de trabajo y que se hayan realizado noventa y seis denuncias, lo que representa casi un quince por ciento de los vehículos controlados, debía servirnos como referencia de que, en carretera, nos podemos encontrar de todo.

En detalle, comprobamos que las irregularidades detectadas y que han sido causa de las respectivas denuncias, responden a la deficiente documentación del vehículo, que no era la adecuada; por supuesto, exceso de velocidad, exceso de peso y documentación del conductor. Ciertamente, no se trata de situaciones de peligro si exceptuamos al exceso de velocidad, pero sí que comprobamos que no faltan los usuarios que menosprecian sus obligaciones con respecto a las exigencias de Tráfico en cuanto a la documentación precisa para poder circular. Otro dato: los excesos de velocidad los han protagonizado, ¡cómo no!, las furgonetas, cuyos conductores siguen interpretando las Normas de Tráfico como les conviene y en muy pocos casos atienden la velocidad máxima de sus vehículos, que en autovía está limitada a noventa kilómetros por hora. En cuanto a las otras causas determinantes en la accidentalidad, siguen siendo las mismas de siempre: las distracciones, que en los accidentes mortales estuvo presente nada menos que en uno de cada tres; los excesos de velocidad, el seguimiento que se les realiza a los vehículos, etc.

Por otra parte, las vías convencionales o carreteras secundarias, siguen siendo las vías de comunicación en las que más accidentes se registran y más personas fallecen anualmente. Concretamente, el año pasado tres fueron las personas ocupantes de furgonetas y camiones las que fallecieron en nuestras carreteras; el año 2014 fueron seis. De esta realidad no solo deberíamos de tomar buena nota los usuarios, sino los organismos responsables de ellas, como es la Junta de Andalucía, que sigue asistiendo como invitada sin responsabilidad a una situación que, sin embargo, le señala directamente. Al escudo de la crisis económica que padecemos también los que usamos nuestro vehículo para desplazarnos, que seguimos siendo observados y tratados como ciudadanos de segunda, se han ido uniendo los responsables de las carreteras en general, ya sean autovías o pertenecientes a la red secundaria, en busca de refugio que les haga invisibles ante nuestras justificadísimas demandas. Por el momento es evidente que lo están consiguiendo, porque lo de invertir en recuperar algunas de ellas, cuando no hacerlas nuevas, es algo que no solo nos queda lejos, sino que es un sueño imposible.


Armarse de paciencia, mantener en todo momento la cordura ligada al sentido común y practicar permanentemente la conducción a la defensiva son las mejores opciones que tenemos para evitar los accidentes y, además, que el automóvil nos dure unos años en buen uso.