miércoles, 10 de febrero de 2016

ENTRANDO Y SALIENDO DE LOS JUZGADOS

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Cuando la corrupción se convierte en tema de conversación en la calle, lo normal es que comparemos a unos y otros, es decir, a los que se han pringado como partido o como militantes o cargos importantes, y los que aún no han dado muestras de pasar a la acción llevándose lo que no les pertenece. Por eso, los nuevos partidos, los recién llegados, mantienen por el momento la duda sobre qué comportamiento tendrán con relación a los escándalos de corrupción que conocemos casi a diario. Concretamente Ciudadanos y Podemos son los que más ojos les vigilan en busca de errores o amagos de los que pudiera deducirse que sí, que efectivamente les va la cosa de llevárselo calentito. Solo hay que recordar la que se montó alrededor de los señores Monedero y Errejón, uno por esconder supuestamente un dinero con intenciones de no declararlo, según nos decían, y el otro por la misma causa, aunque uno estaba ligado con la Universidad de Málaga y el otro con el Gobierno bolivariano de Venezuela. En el caso de Ciudadanos, demostrado ha quedado que actúa con bastante celeridad en los casos en los que algunos de los suyos no se ajustaron a sus estatutos y les dan de baja inmediatamente. Ahora, en el Ayuntamiento de la capital, se ha montado un buen lío en el que están implicados los tres concejales representantes de este partido y sobre los que se basa para gobernar el Partido Popular.

Pues bien, ocurre que estos tres militantes, ejemplo del partido en tierras jienenses, que no habían dado muestras que anunciaran las intenciones ahora conocidas, resulta que han sido expulsados porque, de acuerdo y con el apoyo del gobierno municipal, se han subido sus emolumentos anuales en nada menos que el diez por ciento, que para como están las cosas de los sueldos y más concretamente la contabilidad de la Casa Consistorial capitalina, que es una de las más endeudas de España, si no la primera, no es moco de pavo. Superados los treinta mil euros anuales, los tres ediles no se esperaban la decisión del partido de cesarlos de manera tajante, casi sin darles tiempo a justificar su actitud. En el fondo, convencidos estamos que tampoco les debe importar mucho, porque lo que de verdad les debe interesar es seguir ostentando el cargo público que les permite el cobro de soldada tan importante al menos hasta el final de la legislatura. Por lo tanto, Ciudadanos se mantiene lejos de la corrupción tal y como la conocemos entre nosotros, pero tampoco les faltan rebeldes con causa por culpa del dinero.

Como la experiencia nos ha enseñado, todo es cosa de saber esperar, de que el tiempo haga su trabajo y coloque a unos y otros en el lugar que les corresponde de acuerdo con su actitud y su disposición a aceptar dinero a cambio de favores. Entre la clase política, en donde nos encontramos con personas de demostrada capacidad y no menos honestidad, no faltan los que echan por tierra cualquier opinión relacionada con la corrupción. Y como la situación es la que es, con cientos de personas implicadas en asuntos sucios con el dinero público de por medio, poco se puede hacer para intentar ni siquiera la idea e imagen que en la calle se tiene de ellos y ellas cuando los vemos entrar y salir de los juzgados. De hecho, con un poco de suerte, pronto conoceremos sentencias que recaerán sobre personajes importantes e influyentes que generarán aún mas inquietud entre la ciudadanía, incrédula hasta este momento incluso de su situación procesal. Lo repetimos: que el tiempo se encargue de poner a cada uno en su sitio mientras nosotros esperamos justicia.