Parece
que la noticias que nos llegan sobre el Guadalquivir y la
problemática que todos conocemos más que de sobra merecen atención
especial, o al menos la nuestra. Que corren nuevos tiempos para la
situación crítica del río o que se ha impuesto el diálogo entre
quienes pueden y deben mostrarse más receptivos ante las denuncias
formuladas por los afectados y por la propia ciudad a través de su
Ayuntamiento, es algo que no admite dudas. Consecuentemente, si el
consejero de Medio Ambiente abrió de par en par las puertas de su
Consejería en Sevilla, si los invitados a compartir con él tema de
tanta trascendencia para Andújar, a la sazón los promotores de la
plataforma que lo defiende, fueron atendidos muy satisfactoriamente a
decir de ellos mismos, y si la comisión estaba encabezada por
nuestra primera autoridad, señor Huertas, y el concejal señor
Salas, casi podíamos asegurar que se ha iniciado un tiempo nuevo que
augura buenas noticias. En principio, todo indica que el gobierno
andaluz propondrá al pleno del Parlamento una moción exigiendo la
intervención del Estado en las necesidades reales que tiene el río
Guadalquivir a su paso por nuestro término municipal, que sería la
primera vez y que, en caso de ser apoyada unánimemente, supondría
un hito en nuestra relación con la Junta.
Por
otra parte, el hecho de que el consejero quisiera conocer a fondo el
problema, las consecuencias de las sucesivas inundaciones, la deuda
que tiene contraída el Estado, o quien decida el tribunal que juzga
el caso, con los afectados y las soluciones que proponen las partes,
además de la última actuación ejecutada, con el levantamiento de
las motas, ha servido para los invitados a la reunión no solo un
cambio significativo en el tratamiento que hasta ahora ha recibo su
caso por parte de la Junta de Andalucía, sino el inicio de lo que
ellos entienden que será definitivo para que el Guadalquivir deje de
ser un problema para nosotros para convertirse en un aliado. Luego
que en la Consejería se reciba la documentación que ya se prepara
desde Andújar y se dimensione de forma correcta la situación real
del problema, la promesa de actuar inmediatamente ante la Consejería
y el Estado representa un revulsivo de gran importancia para
conseguir la solución a tanta desgracia.
Lo
incuestionable es el hecho de que Andújar tiene un gran problema con
el río Guadalquivir y que éste, a decir de los mejores
profesionales del país en estos asuntos, que dependen además del
Ministerio de Fomento, quedaría erradicado si se acaba eliminando la
presa de Marmolejo. De ahí que no se entienda la obcecación del
Gobierno de la nación por ir contra sí mismo y no aceptar ni su
propio informe. Alrededor de esta dichosa presa, recordemos, existen
quizá demasiados intereses creados, porque no encontramos otra
justificación con fuerza suficiente como para mantener en pie un
grave problema como sería la inundación de la ciudad. Por todo
esto, porque estamos convencidos de que también este enfrentamiento
debía tener fecha de caducidad, si al momento tan especial que vive
y tiene por delante le uniéramos el sentimiento y el apoyo de gran
parte de sus habitantes, por supuesto que daríamos el aldabonazo
definitivo a una situación que dejó de ser penosa especialmente
para los afectados para pasar directamente a ser vergonzosa, por las
maniobras y tejemanejes a los que hemos asistido en los últimos
años. Naturalmente, este comentario es merecedor, por quien lo
protagoniza y se ha ofrecido para mediar ante el Gobierno central, la
cautela que conviene cuando parte de los protagonistas forman parte
de la familia que nosotros denominamos genéricamente como de los
políticos. ¡Ojo al dato!