martes, 15 de marzo de 2016

ENTRE CUATRO ANDA EL JUEGO

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Como demostrado está, incluso avalado por certificaciones internacionales, cuando vivimos una crisis, ya sea industrial, de trabajo, de pareja o de cualquier otro contenido, lo normal es que no encontremos la solución hasta que alcancemos el precipicio, es decir, hasta topar con la pared y nos sea imposible seguir. No queremos decir, de ninguna manera, que este final sea el adecuado y que definitivamente se solucione el problema, pero sí que se solventará con todas las consecuencias y para siempre. Algo parecido está ocurriendo con el asunto de la formación de gobierno en nuestro país, que sigue estancado suponemos que a la espera de que los protagonistas alcancen el muro y se cierre el tema, independientemente de si se consigue el ansiado gobierno de coalición o se convocan elecciones, que todo puede ocurrir. Así, nada de nervios y menos preocupaciones, porque si por el momento todo marcha a la perfección con un ejecutivo en funciones, es posible que sea el mejor sistema para dirigirnos y lo estemos descubriendo gracias a la crisis política que compartimos. Es verdad que las encuestas que marchan paralelas a este trabajoso asunto no ayudan precisamente a esclarecer el panorama. Las de este fin de semana avisan al Partido Popular y a Podemos de que registran una importante caída de sus apoyos, por lo que deberán intensificar sus trabajos para intentar cauterizar las heridas abiertas como consecuencia de esta locura.

Según los datos aportados por las pesquisas ciudadanas realizadas por las empresas dedicadas al menester de preguntar y concluir con sus intenciones de voto, los socialistas ganan, aunque mínimamente, en intención de voto, mientras los populares pierden alguna décima. En el caso de Podemos, parece que se desinfla y de manera ostensible, ya que desciende de febrero a marzo nada menos que cuatro puntos. El ganador, Ciudadanos, especialmente su líder, el señor Rivera, que es el que ha recabado más votos entre los líderes al conseguir la máxima puntuación entre los máximos representantes. Las quejas más compartidas por los encuestados: la imposibilidad del acuerdo, la obstinación de algunos representantes y las ansias mal disimuladas de algunos de ellos con respecto al poder que buscan a cualquier precio. Por nuestra parte, sin entrar en disquisiciones sobre los planteamientos, por supuesto que legítimos, de los partidos políticos, lo cierto es que lo de pedir sin dar, es decir, lo de exigir cargos antes si quiera de sentarse a negociar, cuando menos extraña y merece lo que estamos viendo, o sea, el rechazo de los pretendidos.

De hecho, entre Podemos se está dando una situación cuando menos preocupante por la evolución que sufre en estos momentos al comprobar que su núcleo fuerte o más conocido se está rompiendo. Se contabilizan varias dimisiones como consecuencia del no actual que la directiva del partido ofrece al pacto entre socialistas y ciudadanos, y la crisis avisa que no se detendrá al menos sin las justificaciones y explicaciones que demanda un momento tan complicado. Naturalmente, la actitud del líder de este partido, lanzando sobre los socialistas todo tipo de injurias, no está siendo precisamente la mejor en momentos tan especiales. Con todo, como decimos al principio de este comentario, la solución a esta compleja crisis política debe estar al llegar si tenemos en cuenta el tiempo que lleva viva y los problemas que está generando entre la población, que asiste atónita y preocupada por la evolución de los acontecimientos. Ojalá no tardemos en confirmar que nuevos tiempos dejan paso a planteamientos políticos renovados y con posibilidades de hacernos la vida más llevadera. Ojalá.