Aunque
no anunciaba tranquilidad ni seguridad con respecto al estado
meteorológico que deseábamos a lo largo de la semana pasada, la
verdad es que ha resultado ser como una bendición para todos,
especialmente para quienes se jugaban algo más que unos días de
asueto, de paseo o de idas y venidas. Por eso nos alegramos
especialmente por las personas que tenían como objetivo compartir,
presentar su trabajo, desarrollado a lo largo de todo un año, en la
calle a los ojos de todas y todos. Efectivamente, les hablamos de los
cofrades, esas y esos que no siempre reciben la comprensión y el
aplauso que merecen del resto de sus vecinos porque dedican buena
parte de su tiempo libre a engrandecer una pasión que parecen
entender solo ellos. Por eso estamos convencidos de que este año la
cosa ha cambiado de forma cuantitativa y cualitativa, puesto que ha
sido tanta la comunión con lo que hemos disfrutado en la calle, tal
el nivel de apego y apoyo a quienes han vuelto a hacer el milagro de
convencernos desde la sencillez y el esfuerzo, que a no tardar
notarán en sus respectivas sedes la presencia de quienes quieren
unirse a su proyecto y asegurar el futuro de tanta entrega
desconocida en la calle. Con un diez calificamos el trabajo conjunto
desarrollado por las personas que se han implicado en nuestra Semana
Santa y solo deseamos que no le flaqueen las fuerzas para mantener el
alto nivel conseguido.
A
partir de ahora, otro gran reto tenemos por delante que también
compartiremos mayoritariamente y por el que nuestra ciudad se ha
ganado un nombre en el mundo mariano: la romería de la patrona, la
Virgen de la Cabeza. En esta ocasión, por razones ampliamente
conocidas, no todo va a ser igual, porque en el aire quedan dudas en
cantidad suficiente como para que sean muchas las personas que anden
con problemas de sueño ante el inmenso reto que representa la
organización y el posterior desarrollo de la romería. No obstante,
también es verdad que no serán pocas las que, en el recuento final,
en el día después, es probable que se sientan obligadas a aplaudir
lo que con tanto esfuerzo como cariño se está confeccionando desde
hace unos meses. Es ahora y a lo largo de un mes, cuando de verdad se
inicia la cuenta atrás para ser convocados a los pies de la Morenita
en el santuario, y nadie va a parar un encuentro que es
tradicionalmente compartido por miles de almas que están por encima
de desencuentros, intereses o necesidades que entendemos nosotros no
han sido lo suficientemente explicadas desde ninguna de las partes.
Por lo vivido hasta ahora alrededor de la gran convocatoria anual con
la Virgen como referencia imprescindible, quizá se deberían
plantear las necesidades reales de tanto corazón enardecido por la
devoción que reclama para sí quien toda la merece y dejar a un lado
lo que nos divide aunque fuera por lo que compartimos y estamos
seguros que compartiremos toda la vida.
A
todo esto, Andújar sigue con paso firme en la recuperación, a decir
de los actuales gestores, de su futuro. Nuestro objetivo no es otro
que el de llevarles a ustedes la información que se desprenda de la
tarea desarrollada por las diferentes delegaciones municipales, que
anuncia será intensa y decidida en favor de una ciudad más equipada
y presupuesto equitativamente repartido. Eso es lo que nos cuentan.
Luego, como saben, los condicionantes se encargarán de poner las
cosas en su sitio y, consecuentemente, despertarnos del sueño. Por
ejemplo, estación de autobuses, Lope de Vega, plataforma intermodal,
el río, el puente viejo… Lo dicho: se lo contaremos.