lunes, 18 de abril de 2016

EL LII PREGÓN DE ROMERÍA, UN ÉXITO

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El pregón de la romería de este año es lo que en realidad faltaba para impregnar la ciudad de olor y sabor a romería. Por lo tanto, una vez Francisco Javier Oliver se hizo con un Teatro Principal en el que no cabía un alfiler, ávido los presentes de conocer las posibilidades de este profesional de la comunicación ante un reto de la importancia del encuentro anual con la patrona con un atril delante y con unos folios repletos de pasión y devoción, tenemos que decir que nos gustó y mucho, que fue capaz de mantener la atención de los asistentes a lo largo de los cuarenta minutos que duró su disertación y que acabó siendo felicitado por todos los que pudieron llegar hasta él. Por tratarse de una persona muy ligada a Andújar, con vivencias personales de gran calado, muy querida y que vive la romería con una proximidad que para nosotros quisiéramos, porque recordemos que la transmite para Canal Sur desde el cerro de la Cabeza todos los años, buena parte de las intenciones de los invitados al pregón las había ganado desde el momento en el que fue designado. Así, Oliver se hizo pronto con el público y lo llevó a su terreno, en el que se desenvuelve con gran facilidad y posibilidades, que para eso viene de familia de buenos periodistas, y los años que lleva en la profesión le han proporcionado una suficiencia técnica que supo utilizar y exponer en el escenario para atraer sin condiciones los íntimos sentimientos de quienes acudieron a la cita. El pregonero bordó su verbo con intencionalidad mariana, lo expuso con un sentimiento que a veces le superó y fue capaz de llenar el Teatro Principal de romería. Relatada por un periodista nuestra gran fiesta, tenía que responder a un relato completo, vivido en primera persona y lo largo de muchos años. De ahí que haya sido la primera vez, al menos que recordemos, de haber asistido a una crónica tan perfectamente enmarcada y relatada con perfección y mimo. Francisco Javier Olivier se ganó al público, ya lo hemos dicho, desde el momento en el que apareció el niño con el tambor anunciando la romería, pero, y eso fue lo difícil, supo arroparse junto él a lo largo de todo su parlamento y disfrutar de su tiempo como protagonista único de la cita. Enhorabuena a él y a quienes lo designaron. Evidentemente, como ha ocurrido en otras ocasiones, estamos convencidos de que se inicia una nueva etapa de pregoneros que acabarán siendo fundamentales para la continuidad de las tradiciones, y el pregón es una de las más importantes.

La ciudad se ha puesto en marcha y estos días se ultiman los detalles propios que genera el encuentro mariano y que van desde conseguir un buen lugar en los aledaños del cerro de la Cabeza, que, por cierto, no es nada fácil conforme van pasando los días y solo hay que desplazarse hasta allí para comprobarlo, y avituallar la carreta, que tampoco es detalle baladí. Lo queramos o no, y sin intención de marcar diferencias, este año se notan más ganas de romería entre quienes hasta allí se desplazan anualmente. Quizás porque no estemos obligados a pagar tasas o simplemente porque el mundo de las cofradías y las hermandades han entendido que la patrona y su devoción merecen un esfuerzo extra para volver a estabilizar los sentimientos y las intenciones de quienes contribuyen con su amor y presencia a apoyar a la cofradía matriz, que se recupera muy poco a poco de un tiempo vivido sin sueño. La nueva cita convocada por la cofradía será el jueves, la cita floral por excelencia que permite a la Virgen de la Cabeza el reencuentro con su familia en la ciudad. Por la patrona, por nuestras creencias, por el futuro de nuestra arraigada fe, el jueves la plaza de España debe reflejar el incondicional amor que le profesamos.