La
evolución tecnológica de los automóviles está suponiendo una
fuerte inversión de los fabricantes en detalles que, en la práctica,
para lo único que les encontramos rendimiento sea para presumir. Una
vez superadas las innovaciones que ahora ni siquiera tenemos en
cuenta, como serían el sistema de frenado, o el de la horizontalidad
del vehículo, o la frenada programada por el propio automóvil, o
las luces que cambian de corta a larga ellas solas, o el maletero que
se abre con solo enseñarle el pie, o los equipamientos interiores
que han hecho que nuestro coche se parezca cada vez más a uno del
futuro, repetimos que muchas de ellas han dejado de interesarnos. Y
más sabiendo que, a no tardar, los que vayan y vengan por carretera
sin que el conductor tenga que intervenir en la conducción es una
realidad tangible de la que poco a poco vamos conociendo detalles. De
hecho, en España se están probando modelos con este objetivo:
desplazar los coches por unas carreteras que, previamente
controladas, permiten su circulación sin peligro de ningún tipo. En
algunos de ellos, ni siquiera vemos al conductor, ya que el vehículo
ha sido programado para ser utilizado sin esta figura imprescindible.
En realidad, si echamos mano de la aeronáutica, sabemos que los
aviones pueden desarrollar todas sus funciones sin que el piloto
intervenga para nada. Lo que ocurre es que ¿alguien admitiría
viajar siendo consciente de que el avión no cuenta con el equipo de
pilotos habitual? Pues en el coche igual, aunque, como en los
aviones, el conductor podrá relajarse a lo largo del viaje.
Actualmente,
la oferta alcanza hasta los modelos más básicos; entre otras
razones, porque el fabricante conoce muy bien los gustos y las
exigencias de los usuarios, y sabe con rigurosidad y exactitud qué
botón tocar para atraerlos a sus modelos. Y como lo espartano no se
lleva, la primera medida fue inventarse los “packs”, una forma
concreta de equipar al modelo básico por poco dinero y en la propia
fábrica, lo que le añade un plus de confianza; la segunda, los
precios, porque debemos tener en cuenta que muchos de los modelos más
demandados tienen un precio de salida que demanda menos inversión
que uno fabricado hace cinco o seis años, y este es un detalle que
actualmente está firmado por marcas de primera línea y que está
siendo muy bien valorado en la calle, y muy especialmente por la red
de concesionarios, que están saliendo aún de una particular crisis
lentamente, pero segura.
En
cuanto al futuro de los automóviles en general, es evidente que las
marcas están obligadas por directivas de los gobiernos de todo el
mundo a poner en el mercado modelos cada vez menos contaminantes. De
ahí que los híbridos y los eléctricos estén ganando puestos en
las ventas impensables hace un par de años. Los primeros, porque
permite al vehículo disfrutar de dos tipos de motores: eléctrico y
convencional, que, sobre todo en ciudad, le añade un plus a tener en
cuenta; y eléctrico cien por cien, del que están saliendo modelos
que alcanzan velocidades muy parecidas, si no más, que los normales,
y este detalle es tenido en cuenta en la mayoría de las compras que
se han efectuado hasta ahora. Es más, se extiende imparable la red
de gasolineras y hoteles que incorporan a sus servicios la oferta
eléctrica. Por lo tanto, aunque aún están por llegar las grandes
novedades de las marcas más implantadas, la realidad es que el mundo
del automóvil en todas sus variedades camina decidido en la búsqueda
de vehículos menos contaminantes, más silenciosos y que el precio
no sea un impedimento para el comprador.