martes, 19 de abril de 2016

LIMPIA TU ENTORNO Y DISFRUTA LA ROMERÍA

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Seguro que en alguna ocasión algunos de nosotros nos hemos preguntando cuánta basura nos dejamos en el camino los días de romería, y más cuando vemos lo que queda en días mucho menos señalados que viviremos esta semana. Seguro, también, que cuando les digamos las cifras que se controlan, especialmente por la asociación AMECO, que son unos amigos amantes del medio ambiente que tienen por uso y costumbre retirar lo que abandonamos en los caminos de la sierra a lo largo de todo el año, se llevarán las manos a la cabeza. Comprobado está que, de media, tiramos un kilo y medio por persona entre el sábado y el domingo, sin tener en cuenta los electrodomésticos, que no faltan ningún año a la cita y que aportan muchos más kilos. Además, 8.400 bolsas de basura en la totalidad del parque, que si éstas hubieran sido llenadas por los romeros y peregrinos, todo iría bien. Pero no: se trata de las bolsas que estas personas recogen por nosotros. Esta asociación quiere concienciarnos del mal que le infringimos al entorno natural y que podíamos evitar con solo poner un poco de cariño a lo que es de todos. Así, una de sus frases o mensajes más compartidos es que intentemos que esta romería no esté de moda el plástico y que el objetivo sea cero basuras. Si recogemos nuestros desechos, el parque quedará limpio y vivo.

Pues está bien claro. Por supuesto que para muchas de las personas que visitarán estos días el santuario y su entorno, lo que les decimos les sonará a regañina, pero en realidad de lo que tratamos es de conseguir cuando más adeptos mejor para una causa completamente justificada que está dañando uno de los entornos más hermosos de nuestro parque natural y que, además, solo nosotros podemos detener. Por todo esto, poner manos a la obra e intentar, con nuestro ejemplo y comportamiento, que las basuras sean depositadas en los lugares o puntos limpios se crean cada año a tal efecto, tampoco creemos que sea un esfuerzo que exija de nosotros algo más que el desplazamiento hacia esos lugares. De hecho, las tasas que hasta ahora se venían pagando por ocupar espacio en el cerro y que ahora se han retirado, tenían su origen precisamente en la necesidad de concienciarnos en detalles de este tipo, insistiendo desde la municipalidad que la limpieza del lugar debe ser cosa de todos, que lo que cuenta es el esfuerzo personal, porque el colectivo es la suma del total. Aunque fuera solo por eso, porque a nadie se le ocurra de nuevo la idea de implantar una tasa que grabe a todos por igual, incluso a los que tienen la buena costumbre de depositar sus desechos en los sitios adecuados y fijados para ello, cuantos más seamos los que nos unamos al sí de la limpieza que nos compete, es decir, a adecentar el lugar en donde hemos estado acampados, mejor para la romería.

Quizá porque salimos con urgencia a la carretera, quizá porque no solemos mirar para atrás o porque algo de vergüenza sí que sentimos, el hecho es que cientos son los que no tienen en cuenta detalle de tanta trascendencia y acaban por mancharse, primeros ellos y luego el lugar que han escogido para vivir la fiesta, con lo que generan miles de posibilidades de que la hierba no vuelva a brotar o que cientos de especies de animales mueran por su causa. Es evidente que la falta de cultura medioambiental y el hecho de que andemos escasos de educación cívica, y sálvese el que pueda, contribuyen enormemente a que todos los años, todos, el espectáculo del día después sea realmente bochornoso. Ya lo hemos dicho: de nosotros, de todos nosotros, es la responsabilidad de que esta romería sea diferente, de que acudamos a los pies de la patrona concienciados de que ensuciar menos el campo es cosa de todos. ¡Feliz y limpia romería!