martes, 5 de abril de 2016

LOS PAPELES PANAMEÑOS

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Los llamados papeles de Panamá, que afortunadamente nos quedan muy lejos, han venido a confirmar que la gente de dinero, esos que presumen de patriotas, que firman discursos tipo arengas, esos que ocupan puestos de responsabilidad o de primera línea, o que simplemente se encargan de dirigir nuestro destino, son los mismos de siempre, es decir, los que encabezan los escándalos, los que anuncian con su comportamiento que les gusta llevárselo calentito y sin tenerlo que sudar, que echan mano de la caja común sin remordimientos y que cuentan con conexiones políticas de gran nivel que les sirven para moverse entre ministerios y despachos con total libertad, resultan ser los que hemos visto al frente de las grandes campañas que buscan la solidaridad y el abrazo de los más necesitados. Sin embargo, de su dinero, de aquello que por cierto han conseguido a base de abusos cuando no de robos descarados, de extorsiones a gran escala, de comisiones ilegales o de influencias inconfesables, no sabíamos nada; lo intuíamos, pero ahora se confirma y cómo, porque el trabajo desarrollado a lo largo de años de un grupo de periodistas de investigación lo que ha venido a poner sobre la mesa es la facilidad con la que estos personajes se desenvolvían entre una mafia económica formada por familias reales, el mundo del deporte, las finanzas, la moda…

Ahora queda lo que nosotros entendemos que debía ser el meollo del asunto, lo que de verdad nos permitiría conocer en profundidad hasta dónde han llegado los tentáculos de estos desalmados e insolidarios patriotas, porque recordemos que la única finalidad que les llevó en su momento a la apertura de una cuenta en un paraíso fiscal no era otra que la de defraudar a su país, dejar de pagar impuestos por sus fortunas. La consecuencia primera que deviene de esta vergonzosa actitud es reconocer que si ellas y ellos no pagan a la Hacienda Pública la parte que les corresponde, somos nosotros los que debemos hacerlo por ellos. La segunda, que para nosotros es muy probable que hubiera sido un asunto desconocido del que ni siquiera se nos ocurriría dudar, pero que ahora, con la documentación sobre la mesa, la información que nos han transmitido los medios que se han involucrado en su publicación en nuestro país y el resto del mundo, sabemos que esta situación viene de muy lejos y firmada por cualquiera que tenga dinero y no quiera contribuir con sus impuestos a la mejoría general del país que le vio nacer.


Los papeles de Panamá han asomado a los medios de comunicación casi de puntillas, porque lo que queda por venir desde luego que a más de uno nos sorprenderá muy desagradablemente. Solo hay que asomarse al mundo del deporte, especialmente al fútbol, para comprobar que la cara no siempre es el espejo del alma y que la intención de algunos de los deportistas de élite que son ejemplo de deportividad, proximidad con los aficionados y fuente de virtudes no dejan de ser unos simples mangantes de guante blanco que buscan y rebuscan con afán los países en los que nadie les preguntan por su dinero. No obstante, como estamos convencidos de la existencia de mafias que viven y se desenvuelven entre nosotros, muy alejadas de los paraísos fiscales, que desarrollan aquí sus tareas y que éstas están ligadas descaradamente a la evasión fiscal de nuestros empresarios y sus emporios, uno de los trabajos inmediatos que deberían acometer urgentemente nuestros políticos debía ser el de destapar las coaclas que están cerradas a cal y canto y desde las que van y vienen los millones de euros que defraudan. Desde luego, nosotros estamos convencidos de que se conoce el sistema y a las personas que lo practican, pero que no interesa denunciarlos.