martes, 12 de abril de 2016

NUEVAS FÓRMULAS PARA ARRUINARSE

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El fenómeno del juego camina con una fuerza inusitada estos últimos tiempos, especialmente los que están ligados a la televisión, porque los que conocemos desde hace años, como es el caso de la primitiva, bonoloto, el gordo, la ONCE, la QH, la quiniela, lotería de los jueves y los fines de semana, además de las citas especiales que convocan regularmente, están más que asumidos, incluso familiarmente. Tratamos de llamar su atención por los datos que conocemos por el fenómeno bingos, juegos de cartas, apuestas de fútbol y otros que usan las televisiones para atraernos asegurándonos que ganaremos dinero a espuertas y casi sin límite, convencidos de que son muchos, miles y miles, los que se han decidido a caer en sus redes y que actualmente forman parte de la familia de los ludópatas, que padecen, ellos y sus familias, lo indecible hasta que son recuperados, éxito que no siempre se consigue. Los estudios que se han hecho alrededor de las apuestas muestran la facilidad con la que solemos caer en el error de aceptar los mensajes publicitarios que nos llegan desde las televisiones sin aceptar que podemos equivocarnos, que puede tratarse de una trampa más o menos sofisticada y que por supuesto han sido diseñadas por especialistas de la palabra o eslogan con el único objetivo de captarnos para sus clientes. Lo de menos para ellos son las consecuencias que suelen derivarse de lo que acaba convirtiéndose en un vicio incontrolado de final impredecible. Sí sabemos que, como ocurre con las máquinas tragaperras y su adicción, lo normal es que se desestructuren los núcleos familiares, que los protagonistas se conviertan en especialistas en pedir dinero a su familia y amigos, de incluso robar cuando tienen oportunidad y de tomar decisiones impensables hace unos meses.

Esas son las consecuencias de tanto premio, a tantas posibilidades de hacerte rico de la noche a la mañana, de jugar en donde te apetezca porque las ofertas son muchas y cada vez más que se unen a las establecidas. Lo de participar en cualquiera de ellas, el poder hacerlo en el anonimato de tu casa y sin que se entere tu propia familia, y que además te inviten famosos televisivos que participan en el engaño poniendo toda la carne en el asador para convencerte, es indudable que activan o despiertan al jugador que llevamos dentro y que teníamos dormido. Y como todo comienza con engaños, lo de ganar los primeros envites forma parte de lo previsto por estas empresas, que nos muestran un camino fácil para acceder a dinero extra convencidos de que es la fórmula ideal para conseguir de nosotros cada vez más presencia en los concursos o sorteos que organizan. Luego, como no podía ser de otra manera, el panorama cambia radicalmente y empiezan las perdidas que nos hunden económicamente y que nos obligan, sobre todo a los poco lúcidos, a pedir dinero prestado o a tirar de las cuentas corrientes que guardaban para cuando necesiten dinero en situaciones especiales. Repetimos que nos documentamos en la estadística para confeccionar nuestro comentario de hoy, que es quien realmente controla el aumento al que nos referimos y la que marca las evoluciones de un fenómeno social al que hace solo unos años pocos eran los que preveían el éxito del que hoy presumen, pero que, al mismo tiempo, ha generado miseria en muchos de los que han utilizado esta fórmula tan especial como peligrosa de hacerse rico. De si nuestros gobernantes debían o no controlar a quienes han construido el sistema, poco podemos decirles, pero sí que cuando se hace tanto daño, cuando se arruina a tanta gente, alguien debería activar al menos las alarmas.