lunes, 30 de mayo de 2016

26J: COMIENZA LA CUENTA ATRÁS

Imprimir

Aunque oficialmente España no está en campaña electoral, la realidad indica todo lo contrario. Líderes de todos los partidos van de un lado para otro con un único argumento: somos los mejores y por tanto los únicos que podemos sacar a nuestro país y sus moradores del mal momento en el que nos encontramos. Y no busquen diferencias en los discursos porque no las van a encontrar. No sabemos si la campaña de esta ocasión ha sido diseñada por el mismo equipo o por falta de ideas en los organizadores, pero sí que se repite el mismo argumento en todos los mítines que estamos conociendo. Eso sí, si estamos ante un fenómeno dañino para sus respectivos proyectos es algo que no alcanzamos a entender, quizá porque no estemos familiarizados con los movimientos de las organizaciones políticas. No obstante, el hecho de que los máximos representantes se hayan lanzado al ruedo de los mítines sin red, es decir, con promesas de todo tipo, es un aviso de lo que nos espera, porque recordemos que la verdadera campaña electoral se iniciará quince días antes del día 26 de junio.

La situación económica que padecemos es evidente que condiciona la totalidad de la precampaña y la propia campaña, de la que se desprenderán las cientos de promesas que tienen previstas relatarnos los líderes que se encargarán de llenar los recintos escogidos para encontrarse con sus incondicionales, que luego saldrán a la calle a evangelizar a todo el que se les ponga por delante con la buena nueva de los tiempos de renovación que caerán sobre nosotros una vez sus respectivos partidos se responsabilicen del país. La realidad, no obstante, anuncia resultados electorales muy alejados de mayorías y sí de acuerdos entre partidos que permitan, esta vez sí, la gobernabilidad de un país que necesita con urgencia que sus representantes se pongan de acuerdo y nos mejoren la vida. Asumir de una vez su responsabilidad personal y de partido estamos convencidos que supondrá un período de buenas noticias especialmente para quienes llevan años esperando que les llegue la suerte en forma de un puesto de trabajo que les permita desarrollar su proyecto familiar y personal. Ellas y ellos deben ser los primeros en notar y recibir el esfuerzo de sus representantes, obligados como están a recuperar para nuestro país situaciones de prosperidad que podamos compartir todas y todos.

De entre los mensajes que anuncian todo lo contrario, comprobamos que las contradicciones siguen a la cabeza de los habituales descalabros verbales que firman algunos de los candidatos, que no acaban de interpretar el trascendente instante como nosotros creemos que deberían. Sin ir más lejos, el líder de Ciudadanos, el señor Rivera, nos ha dicho a los españoles que, cuando dijo que bajaría el IVA, mejor que hubiera guardado silencio porque ahora resulta que no sabía lo que decía. Ahora, luego de su viaje a Venezuela, se ha encargado de devolvernos a la realidad alejándonos de la esperanza de un Gobierno menos recaudador. Y que conste que se trata solo de un ejemplo. Peligroso, sí, pero un ejemplo, porque lo que nos cuentan el resto de representantes de las organizaciones políticas en liza responde a las mismas coordenadas, es decir, a la mentira sin más. Aunque nos hayamos acostumbrado a que en política todo vale, jamás estaremos de acuerdo en que se nos mienta como lo hacen y que no paguen por ello.