
Hoy,
además de despedir el mes de mayo de este año, compartimos el día
mundial sin tabaco, jornada acordada por la ONU y la Organización
Mundial de la Salud para que sirva de referencia, sobre todo a los
fumadoras y fumadores, y les invita a dedicarse a sí mismos unos
minutos de reflexión y decidir si continúan fumando o todo lo
contrario. Evidentemente, se trata de una decisión nada fácil,
personal y objetiva de la que solo él o ella pueden proponérsela
con todas sus consecuencias. Eso sí, los que hemos sido fumadores y
de los buenos para las tabaqueras, como ha sido nuestro caso, lo de
dejar de fumar no fue tan sencillo como nos habían dicho, pero
tampoco tan imposible como nos lo pusieron. Así, un día muy
especial, cargado con buenas pilas y decidido a tomar una de las
decisiones más importantes de nuestra existencia, dijimos ¡no! al
tabaco y lo dejamos de lado. Cierto que ni siquiera nosotros nos
creíamos la decisión y no las teníamos todas consigo, pero lo
cierto es que con el paso de las horas la cosa iba funcionando, y en
unos días ciertamente complicados y exigentes, aunque repetimos que
cargados de razones, superamos el reto que nos habíamos propuesto y
desde entonces hasta ahora, que habrán pasado más de veinte años,
todo ha ido como la seda. De hecho, si tuviera que calificar mi
decisión y relatar la auténtica verdad de quien ha vivido unos días
envuelto en dudas, y teniendo en cuenta que en mi caso eran tres los
paquetes de tabaco que fumaba al día, puedo decir sinceramente que
fue muy fácil, quizá porque si fundamental es en este tipo de
decisiones estar convencidos de lo que se quiere, la seguridad que
aporté al momento debió ser determinante.
Para
los fumadores, lo de la cifra de muertes debida a esta droga
autorizada y aceptada no tiene mayor trascendencia, lo mismo que
tampoco el que sean los amigos cercanos los que caigan enfermos por
su causa. No importa que sean millones de fallecidos en todo el mundo
y anualmente; ni nosotros mismos, que hace años que venimos
respirando mal, que tenemos problemas de circulación sanguínea, que
tosemos al levantarnos y al acostarnos, ¡y de qué forma! Lo de
fumar es algo que supera al ser humano que lo practica. De hecho, aún
siendo conscientes de que hemos caído en las garras de algunas de
sus enfermedades más características, seguimos encendiendo el
cigarrillo cuando nos apetece sin temor a sus consecuencias e incluso
menospreciando el diagnóstico del médico. Sin embargo, el tabaco es
letal y lo que se deriva de su consumo, con más o menos urgencia,
son males que muchos arrastran de por vida, incluso una vez dejan de
fumar.
En
cuanto a si se puede o no dejar de fumar, decisión personal donde
las haya y que está rodeada de más literatura que la que sería
aconsejable, ciertamente que sí, que se puede decir no al tabaco y
que no pasa nada por ello. Ciertamente, mejor si se usan métodos que
palíen la ansiedad que genera las primeras horas y los primeros
días, que echemos mano de profesionales y de sus consejos, que
seamos conscientes de lo que de verdad queremos, y a partir de ahí
decir no al tabaco les podemos asegurar por experiencia propia que no
supone un trastorno al que no podamos responder como merece. Un día
como hoy, con el mundo celebrando el día sin tabaco, buena decisión
sería unirse a su llamada y plantearse seriamente a qué le estamos
dedicando nuestra salud y nuestro dinero, porque es posible que hasta
ustedes mismos se lleven las manos a la cabeza si hacen cuentas y
suman lo que les supone diariamente la compra de tabaco. Y más para
como están los tiempos, que nos obligan a priorizar cuando de gastar
se trata y asumamos que lo primero que hacemos es apartar el dinero
del tabaco, situándolo incluso antes que los alimentos. Repetimos:
hoy sería un buen día. Y si no, mañana.