miércoles, 1 de junio de 2016

JUNIO DE 2016: UN MES DE ESTRENO

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Iniciamos mes y lo hacemos convencidos de que va a ser el nuestro, que junio del 16 será un mes completo y repleto de buenas nuevas. Otra cosa es que al final, en el repaso obligatorio que debemos hacer de su desarrollo y de los acontecimientos a destacar, no resulte tan positivo como deseamos y esperamos. La ciudad pronto cambiará su aspecto con la instalación de los toldos que mitigan el sol de justicia que suele acompañarnos hasta bien entrada la tarde-noche; la piscina municipal del ejido del Puente se recupera de su letargo invernal y la apertura se espera coincidiendo con el cierre del curso escolar. El hecho de que los acontecimientos se desarrollen dentro de las previsiones también nos sirve como ciudadanos para mantener el reloj del tiempo perfectamente ajustado, acostumbrados como estamos a la rutina y convencidos de que alguien, cumpliendo sus obligaciones, nos facilitará nuestro ir y venir, y la inversión de nuestro tiempo libre. Por otra parte, el hecho de que la ciudad se haya amoldado a la presencia de las terrazas de bares y cafeterías en las calles, ayuda a solventar el descanso y el diálogo, porque es un hecho que todas han sido bien recibidas y que todas también participan en una actividad muy concreta y ampliamente compartida: las conversaciones alrededor de los mil y un temas pendientes que tanto nos gustan sacar a colación y llegar a puntos de encuentro desde los que aportar soluciones o quejas allí donde sea necesario.

Mientras, las obras municipales siguen adelante, especialmente las que han sido, antes, durante y lo son en estos momentos, causa de enfrentamiento programado y pactado entre quienes ni les iba ni les venía y las personas que han sufrido por años el paso de cientos de vehículos diariamente sin que hasta ahora nadie hubiera salido en su ayuda. Lope de Vega ha hecho saltar por lo aires las previsiones de quienes estaban convencidos de que podrían detenerlas y en ello pusieron algo más que su entrega, porque recordemos que culparon sin más a quien no estaba junto a ellos en sus exigencias, en un alarde de intransigencia ciudadana muy peligrosa y al tiempo que evidenciaban sus raíces políticas. Afortunadamente el sentido común y el cumplimiento de las promesas electorales, algo a lo que en esta ciudad no estábamos acostumbrados, han sido determinantes del inicio de las obras y de su finalización. Luego, pasado el tiempo, una vez acostumbrados automovilistas y peatones al nuevo diseño de esta gran vía de comunicación, las evidencias a las que se referían quienes anunciaban la hecatombe como fin de la decisión de autorizar una sola dirección, dejarán paso a la costumbre y ésta es capaz de acabar con las opiniones de todo el que se les ponga por delante. Nadie ha querido dañar a nadie, pero había que decidir y se ha hecho pensando en el legítimo descanso que merecen unos residentes concretos y a la información técnica que anunciaba que sí, que era posible la eliminación de una de las dos direcciones. 

Ahora el reto para los nuevos administradores de nuestro Ayuntamiento pasa por poner en marcha el plan de empleo municipal sobre el que tanta tinta se ha vertido y que se presentó en su día como una ayuda muy necesaria que serviría para dotar de trabajo a más de ochenta desempleados con determinadas características personales en su haber, que se dotó de quinientos mil euros y que ultima su implantación estos días. Ojalá sirva de algo y, más aún, sea ejemplo para futuras intervenciones municipales en un asunto tan preocupante como es el desempleo.