lunes, 9 de mayo de 2016

26J, FECHA CLAVE

Imprimir

La convocatoria de elecciones el día 26 de junio se ha encargado de la totalidad de la actualidad, como si a su alrededor se moviera el mundo y no hubiera salida posible. Los movimientos que generan los partidos políticos son los responsables directos de que las miradas de la mayoría de los medios de comunicación estén fijas en sus decisiones. Si miramos a la izquierda, vemos que Izquierda Unida se ha convertido en la salvación de Podemos, que a su vez prevé una caída que puede llegar a tres puntos, o lo que es lo mismo, unos cuantos de miles de votos que restar al último resultado electoral. En cuanto al PSOE, dependiendo de quién firme la encuesta, vemos que finalmente se mantiene donde está, lo que no está del todo mal si tenemos en cuenta la situación del país. A la derecha, entre Ciudadanos y Partido Popular, la cosa sigue lo mismo, incluso con una sensible subida para ambos que suponemos animarán a seguir con sus políticas. En cuanto al resultado final que se anuncia entre los especialistas en este tipo de encuentros con las urnas, la contundencia o convicción del votante anuncia que todo va a seguir igual o muy parecido, lo que le añade un toque desalentador a una situación que, la miremos por donde la miremos, no es buena para nadie, pero muy especialmente para el país y sus moradores.

Dicho esto, que el mismo día 26 de junio, cuando se haga el recuento de los votos, se nos informe que todo sigue lo mismo, que los partidos políticos que han concurrido han quedado situados en la misma o parecida posición a la del pasado 20 de diciembre, la verdad es que poco alentador. En realidad, de lejos se nos viene diciendo que, hasta bien entrado el otoño de este año, no tendremos un gobierno que dirija el país. Lo que no se nos dice es cuál será su conformación, es decir, si tendrá mayoría absoluta o solo simple; o si estará formado por partidos de izquierda o de derecha; o si tendrá futuro al menos hasta cumplir el mandato de los cuatro años previstos en la Constitución. Estas dudas, ampliamente compartidas, especialmente por quienes vienen sufriendo la crisis económica en primera línea, porque están convencidos o esperanzados de que, con la llegada de un gobierno, parte de la situación tan crítica que padecen puede ser que se la solucione, créannos que nos quita parte del sueño. Pero no tanto porque la necesidad de dirigentes que nos controlen sea fundamental y sí porque hasta el momento han demostrado una incapacidad para el acuerdo, una falta de sensibilidad por la realidad que presiona a la ciudadanía, una ansia incontrolable por conseguir poder, que dudamos muy seriamente de sus posibilidades. Y si tenemos en cuenta que los líderes que gestionan estas organizaciones políticas son los que vemos a diario en las portadas de las televisiones y prensa escrita, y que deben ser los más inteligentes de cada una de ellas, aún nos preocupa más el futuro.

A todo esto, repetimos, si al final de toda esta historia, el 26 de junio todo queda igual, ¿qué va a ocurrir? ¿Decidirán pactar o por el contrario volverán a convocar elecciones hasta que alguien consiga mayoría y se arregle lo que ellos no han sido capaces de arreglar? Sinceramente, la cosa no está del todo clara. Por el momento, esperar es lo que nos queda. Y poner atención en lo que nos cuentan, porque les aseguramos que hasta el 26J escucharemos de todo. Y cuando decimos de todo, es que será de todo. Estén atentos. No se lo pierdan.