martes, 3 de mayo de 2016

CRÍTICAS ROMERAS

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La percepción que tenemos del tiempo y muy especialmente de cómo se desarrollan los acontecimientos es algo que, dependiendo del cristal con el que lo observemos, así no percibiremos. Con todo, si echamos la vista atrás veremos que la semana santa parece que la vivíamos ayer; que la romería fue cosa de esta mañana, y pronto, muy pronto, habremos dejado atrás las celebraciones de la Pastora, san Eufrasio y las convocatorias de nuestros poblados. De hecho, este fin de semana el protagonismo festivo se lo ha llevado san José Obrero y, consecuentemente, Arroyo Escobar, que para eso es su patrón. Después de san Isidro, la Pastora y san Eufrasio, es decir, justo a la mitad de mayo que acabamos de comenzar, la noticia, que no celebración porque entendemos que ha sido un fracaso, uno más, de nuestra clase política, será el 26 de junio porque tendremos que acudir a los colegios electorales para buscarles trabajo a quienes se presentan a las elecciones. Así están las cosas y de ninguna de las maneras podemos asegurar que la situación que hemos vivido, sin gobierno desde el 20 de diciembre, que fue cuando se convocaron las anteriores elecciones, haya sido algo que no haya supuesto un traspiés de importancia para el país entero del que aún no nos hemos repuesto y que, o mucho cambian las cosas o tampoco conseguiremos que nuestros representantes se pongan de acuerdo e inmediatamente conformen un ejecutivo capaz de aguantar cuatro años rigiendo el país y, por tanto, solucionándonos algunos de los problemas que nos acucian como ciudadanos.

En cuanto a los restos que nos han quedado de la romería recién compartida, estamos asistiendo a una serie de comparecencias políticas que anuncian desde muy lejos sus intenciones y que éstas no tienen otro objetivo que no sea desgastar al actual gobierno municipal. Se ha hecho siempre eso de aparecer en los medios y de afirmar sin ruborizarse que lo ejecutado ha sido un desastre, desde la iluminación a los caballos, pasando por las carretas y la ofrenda de flores. Que ahora lo firmen los que la romería pasada la organización fue su responsabilidad es precisamente lo que les decimos, que su papel es denunciar lo que hacen los otros y, de refilón, a quienes les apoyan. Nadie debería extrañarse, y especialmente quienes están incondicionalmente a favor de las afirmaciones de sus líderes, porque se trata de posturas o poses puntuales que dejarán de interesarnos en solo unas horas por intrascendentes, vacías cuando no falsas como la falsa moneda. Repetimos: así ha sido siempre y solo cambia el protagonista, que dependerá de si tiene el poder o reside en la oposición. En el caso concreto que nos ocupa, por todo lo comentado, responde a un discurso estandarizado que ha nacido sietemesino. O sea, como todos. En definitiva, que siguen mirándose el ombligo y pierden la perspectiva de lo que de verdad necesita nuestra ciudad y sus habitantes.

Mientras tanto, la vida sigue y lo hace con las mismas deficiencias de siempre, especialmente para quienes padecen la crisis. Por eso tiene especial relevancia la convocatoria electoral, porque ahora sí, los elegidos que salgan de las urnas no deberían tener otro objetivo que no sea el de conducir al país a mejores estadíos de futuro. Y no creemos necesario que debamos recordarle a ellas y ellos las necesidades de la ciudadanía. Son tales, tan contundentes y e incluso tan vergonzosas para ellas y ellos, porque son los responsables directos de la situación que vive el país, que no están autorizados ni tan siquiera para perder un solo minuto en banalidades o en la búsqueda de puestos de relevancia en el futuro gobierno de la nación. Repetimos: ni un solo minuto.