Que
no, que no se trata de hacer leña (es un decir) del árbol caído y
sí recordarle a la clase política en general que tienen una serie
de obligaciones, sobre todo cuando tratan de justificar su trabajo,
ante la ciudadanía que deben cuidar con detalle y mimo. De no ser
así, el error puede llegar a ser mayúsculo e incluso desagradable
por la sencilla razón de que quedas con el culo al aire, que es una
expresión muy nuestra y que no necesita de más detalles para que se
entienda que has pisado en falso. Y no otra cosa le ha ocurrido a la
asamblea de Izquierda Unida en nuestra ciudad, que ha copiado sin más
el programa de convocatorias de la romería, concretamente el punto
que nos citaba en el palacio de Don Gome, sin saber que finalmente se
cambió el lugar en el que se celebraría el concurso-exhibición de
carrozas y enganches por los jardines de Colón, y se ha quejado de
algo que se subsanó a tiempo, y apoyándose además, que debemos
reconocer que su planteamiento admite justificadas dudas, en el
colectivo de caballistas para profundizar más en la supuesta herida
que querían inferir al gobierno municipal. Y es que cuando no se
está, cuando a uno no le gustan este tipo de celebraciones, lo mejor
es dejar la crítica para cuando podamos justificarla. Es más,
apoyarse en un comunicado intoxicado por demás como el llegado desde
la subdelegación del Gobierno no creemos que sea la mejor decisión.
Pero, bueno, que cada cual haga su elección como le parezca; como
mucho, pedir un poco de coherencia cuando de informar se trate.
Ayer
mismo lo decíamos con respecto a lo mismo que les estamos contando,
es decir, a las críticas realizadas por los partidos políticos que
actualmente opositan en el salón de plenos. Que sí, que llevan
razón en sus planteamientos, pero, entendemos nosotros, no en las
formas. Y así lo hemos hecho siempre incluso cuando eran otros los
que regían los destinos de la ciudad, porque entendemos que en
situaciones tan manifiestamente populares intentar sacar tajada
criticando lo que han hecho los demás no siempre resulta beneficioso
para quienes las firman. Y más cuando la ciudad tiene miles de
problemas que necesitan urgente solución y por los que estos mismos
partidos no apuestan ni de broma. Ocurrió en semana santa y volverán
a concentrarse las intenciones en san Eufrasio y el resto de
convocatorias populares previstas para estos días. Mientras, de los
que están sin sueño, que son de cientos de vecinos y vecinas, poco
o nada, o sea, trabajo, parar los desahucios, ayudar con dignidad a
los más necesitados, viviendas sociales, suelo industrial a
disposición de la empresas que lo necesiten, recuperación del viejo
hospital, continuidad en las obras que ahora se ejecutan en algunas
de nuestras calles, poner en valor el puente viejo, iluminar la
ciudad con led para reducir la factura, acabar con las roturas de la
red de agua potable, invertir en la estación de autobuses, recuperar
santa Marina, acabar de una vez la Casa de Cultura, trabajar ante el
Gobierno de la nación para que nos arregle la Nacional IV al tiempo
que la ilumina, ayudar a las personas y organismos que tienen
obligaciones contraídas en el tema de la limpieza de la sierra para
conseguir de todos más sentido común cuando la recorremos, etc.
Todo esto, y son solo unos ejemplos, también es responsabilidad de
los opositores y en ello deberían poner algo más que interés
porque la consecución de algunos de ellos representaría trabajo
para quienes lo esperan como agua de mayo, y no digamos nada para la
ciudad, ya que se beneficiaría de inversiones oficiales al tiempo
que recupera su patrimonio.
Eso
es lo que a nosotros nos gustaría, evidentemente, pero no creemos
estar solos en la demanda; somos miles exigiendo lo mismo. Si al paso
la romería o cualquier otra celebración o circunstancia exigen
denuncia o crítica, que se haga. ¡Faltaría más! Para los que no
lo sepan, y nos extrañaría enormemente, en la oposición también
se puede y se debe hacer política. Solo es necesaria la paciencia y
el trabajo bien hecho, además, claro, de una buena comunicación con
la ciudadanía para explicarle qué hacemos a favor de la ciudad en
la que habitamos. Evitar el populismo y la demagogia nos beneficiaría
a todos.