miércoles, 4 de mayo de 2016

EL POPULISMO Y LA DEMAGOGIA SON UN LASTRE

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Que no, que no se trata de hacer leña (es un decir) del árbol caído y sí recordarle a la clase política en general que tienen una serie de obligaciones, sobre todo cuando tratan de justificar su trabajo, ante la ciudadanía que deben cuidar con detalle y mimo. De no ser así, el error puede llegar a ser mayúsculo e incluso desagradable por la sencilla razón de que quedas con el culo al aire, que es una expresión muy nuestra y que no necesita de más detalles para que se entienda que has pisado en falso. Y no otra cosa le ha ocurrido a la asamblea de Izquierda Unida en nuestra ciudad, que ha copiado sin más el programa de convocatorias de la romería, concretamente el punto que nos citaba en el palacio de Don Gome, sin saber que finalmente se cambió el lugar en el que se celebraría el concurso-exhibición de carrozas y enganches por los jardines de Colón, y se ha quejado de algo que se subsanó a tiempo, y apoyándose además, que debemos reconocer que su planteamiento admite justificadas dudas, en el colectivo de caballistas para profundizar más en la supuesta herida que querían inferir al gobierno municipal. Y es que cuando no se está, cuando a uno no le gustan este tipo de celebraciones, lo mejor es dejar la crítica para cuando podamos justificarla. Es más, apoyarse en un comunicado intoxicado por demás como el llegado desde la subdelegación del Gobierno no creemos que sea la mejor decisión. Pero, bueno, que cada cual haga su elección como le parezca; como mucho, pedir un poco de coherencia cuando de informar se trate.

Ayer mismo lo decíamos con respecto a lo mismo que les estamos contando, es decir, a las críticas realizadas por los partidos políticos que actualmente opositan en el salón de plenos. Que sí, que llevan razón en sus planteamientos, pero, entendemos nosotros, no en las formas. Y así lo hemos hecho siempre incluso cuando eran otros los que regían los destinos de la ciudad, porque entendemos que en situaciones tan manifiestamente populares intentar sacar tajada criticando lo que han hecho los demás no siempre resulta beneficioso para quienes las firman. Y más cuando la ciudad tiene miles de problemas que necesitan urgente solución y por los que estos mismos partidos no apuestan ni de broma. Ocurrió en semana santa y volverán a concentrarse las intenciones en san Eufrasio y el resto de convocatorias populares previstas para estos días. Mientras, de los que están sin sueño, que son de cientos de vecinos y vecinas, poco o nada, o sea, trabajo, parar los desahucios, ayudar con dignidad a los más necesitados, viviendas sociales, suelo industrial a disposición de la empresas que lo necesiten, recuperación del viejo hospital, continuidad en las obras que ahora se ejecutan en algunas de nuestras calles, poner en valor el puente viejo, iluminar la ciudad con led para reducir la factura, acabar con las roturas de la red de agua potable, invertir en la estación de autobuses, recuperar santa Marina, acabar de una vez la Casa de Cultura, trabajar ante el Gobierno de la nación para que nos arregle la Nacional IV al tiempo que la ilumina, ayudar a las personas y organismos que tienen obligaciones contraídas en el tema de la limpieza de la sierra para conseguir de todos más sentido común cuando la recorremos, etc. Todo esto, y son solo unos ejemplos, también es responsabilidad de los opositores y en ello deberían poner algo más que interés porque la consecución de algunos de ellos representaría trabajo para quienes lo esperan como agua de mayo, y no digamos nada para la ciudad, ya que se beneficiaría de inversiones oficiales al tiempo que recupera su patrimonio.


Eso es lo que a nosotros nos gustaría, evidentemente, pero no creemos estar solos en la demanda; somos miles exigiendo lo mismo. Si al paso la romería o cualquier otra celebración o circunstancia exigen denuncia o crítica, que se haga. ¡Faltaría más! Para los que no lo sepan, y nos extrañaría enormemente, en la oposición también se puede y se debe hacer política. Solo es necesaria la paciencia y el trabajo bien hecho, además, claro, de una buena comunicación con la ciudadanía para explicarle qué hacemos a favor de la ciudad en la que habitamos. Evitar el populismo y la demagogia nos beneficiaría a todos.