Por
si alguno de ustedes no lo sabía, un dato sobre dependencia: España
ocupa la última
posición de la Unión Europea
en el apartado de la
protección a la familia y ayudas,
a la que destina un poco más del uno por ciento de su producto
interior bruto. El resto de los países que conforman la Unión lo
hacen por encima del dos por ciento. Así lo vemos en un informe que
ha elaborado el Instituto de Política Familiar por la conmemoración
del Día Internacional de la Familia celebrado el pasado día 15, y
que tiene como único objetivo presionar o condicionar a los
partidos políticos, que se verán las caras en las elecciones del 26
de junio, a que fortalezcan a su vez la familia como institución y
participar en la solución a los problemas que acarrea. Un ejemplo:
nuestro país participa con 24 euros al mes a la ayuda directa que
hace por hijo, que además, como la mayoría supera con sus ingresos
los límites oficiales, tampoco puede acceder a ella. En el resto de
Europa es de 91 euros al mes.
Para
el presidente del Instituto, la situación es tan crítica que la
familia no puede permitirse un año más de abandono por parte de las
Administraciones y los partidos políticos, y necesita una
política integral de familia de carácter universal. Destaca también
que el estudio realizado refleja el agravamiento
de la caída de la natalidad y de la nupcialidad en
España, así como el incremento de las rupturas
matrimoniales y las dificultades de conciliación
de la vida laboral y
familiar, que liga con la crisis económica que padece nuestro país
desde hace años. España, que tiene un índice de fecundidad de 1,32
hijos por mujer, está muy alejado del nivel de reemplazo
generacional, que es de un 2,1, y
se sitúa en el furgón de cola de la natalidad en Europa, lo que
inevitablemente influye en la inversión de la pirámide poblacional
y está llevando al país a una situación demográfica sin
precedentes. En este mismo informe podemos leer que la caída de los
matrimonios convencionales y el aumento de las parejas de hecho, con
más de millón y medio anuales, se mantiene al alza mientras
aumentan también las rupturas matrimoniales, que estaban en 2014 por
encima de las ciento cinco mil.
De
acuerdo con el estudio, la conciliación
de la vida laboral y familiar es actualmente una utopía,
puesto que siguen sin aplicarse medidas de apoyo a la maternidad,
flexibilidad y racionalización de horarios, reducción de jornada o
teletrabajo. Entre las propuestas que el Instituto de Política
Familiar ofrece, la creación de una Secretaría de Estado de
Familia, la elaboración de una Ley de Apoyo a la Familia, la
consecución de un Pacto de Estado sobre la Familia y el aumento de
la prestación por hijo a cargo hasta la media de la Unión Europea.
Por otra parte, para detener la tendencia a la baja de los
nacimientos en España, pide medidas concretas de apoyo a la
maternidad y a la mujer embarazada, a la que deben aumentarse los
permisos de paternidad y maternidad, además del desarrollo de una
ley específica de mediación familiar.
La
situación, aunque reversible, anuncia que las cosas no van nada bien
y que el hecho de que los nacimientos se encuentren en uno de los
peores momentos de nuestra historia, demanda del Gobierno una
actuación inmediata que facilite a los hombres y las mujeres el
acceso a la paternidad de manera que lo que actualmente son trabas,
cambie radicalmente y suponga una buena nueva compartida por el resto
del mundo. Eso sí, para que eso sea así deben ponerse a trabajar
inmediatamente y con un objetivo concreto: convencer a las mujeres…
y esto no será sencillo.