Este
fin de semana, la romería chica ha puesto el broche de oro a las
convocatorias firmadas por las cofradías y hermandades que tienen a
la Virgen de la Cabeza como patrona. Por otra parte, la onomástica
de la orden trinitaria, que para eso el domingo celebraba la Iglesia
la Santísima Trinidad, sirvió para la reflexión, el descanso y
observar el futuro con más calma y sosiego después de un tiempo
durante el cual las presiones desde fuera han sido excesivas,
injustas y desde luego desproporcionadas. El tiempo en el que se ha
dado la oportunidad a los fieles de expresar sus verdaderos
sentimientos han dejado claras sus preferencias, sus intenciones y su
disposición a mantener las tradiciones por encima de las
tribulaciones a las que algunos han sido sometidos. Como dijimos en
su día, los heridos propios de esta crisis muestran en público su
disconformidad con lo que ellos entienden no se ajusta a la realidad
y anuncian que seguirán en su línea de lo que entienden es la
búsqueda de la verdad. Mientras, lo que decíamos: la romería
chica, que ha resultado ser un éxito, convocó a miles de personas
alrededor de la basílica-santuario en busca de la Morenita, que
volvió a abrir sus brazos bendiciendo a peregrinos y romeros.
En
la ciudad, inquietud entre los vecinos y vecinas de Lope de Vega, que
mantienen sus dudas por si finalmente se inician y finalizan las
obras que cambiarán, no solo la fisonomía de su calle, sino que
dejará de ser de doble dirección. Sin embargo, lo que de verdad les
preocupa es la actitud de algunos ciudadanos, que, lejos de su
domicilio y por tanto de sus problemas, se han erigido en unos
valedores exigentes del no a una sola dirección, con lo que se
alinean decidida y sospechosamente con el equipo de gobierno
anterior, que usa de todo tipo de escaramuzas y denuncias para
promocionar su decisión. Por el momento, en una clara decisión de
los actuales regidores, se mantiene el sí al cambio de lo que ha
sido hasta ahora y todo indica que saldrá adelante, que para eso se
ha usado no solo de los técnicos imprescindibles cuando de tomar una
decisión tan importante se trata, sino del apoyo de los colectivos
implicados en el día a día del tráfico ciudadano, que dijo sí
desde el primer momento a la intención del Ayuntamiento de eliminar
una de las direcciones. Intentar usurpar el legítimo papel de
quienes recorren a diario y varias veces la ciudad y convertirse, sin
más autorización que la de un grupo de políticos que no hicieron
las cosas como demandaban la solidaridad y el sentido común, es lo
mismo que abrazarse al no porque sí y mostrarse incapaces de
argumentar con rigor su papel. De rechazo o como añadido, que se les
coloque el título de manejables o correveidiles es lo menos que
hemos escuchado en la calle. De hecho, está oliendo la ciudad a tan
antiguo, que nos hace sospechar que no tardarán en aparecer las
habituales manifestaciones en las que se pedía la industrialización
de la ciudad, la unidad de diabetes en el hospital o, como ocurrió
en su día, en un alarde de imbecilidad especial o propia de
descerebrados, cerrar Radio Andújar. Y no crean ustedes que no
pusieron interés. Es verdad que cuando supimos quién animaba el
cotarro, quiénes apoyaban el despropósito y los que estaban
dispuestos a acarrear la pancarta, respiramos tranquilos. Tanto torpe
junto no gana batallas. Eso sí, claro dejaron lo que para ellos es
la democracia y la libertad de expresión. Y es que doce años en la
sombra, en las catacumbas, dan para mucho.
Ahora
nos encontramos en etapa claramente diferente, ni peor ni mejor,
aunque con nuevos aires que compartir y con futuro más ilusionante.
Puede que al final de este ciclo no resulte como queremos, pero
Andújar entera tiene todo el derecho del mundo a créerselo, a
confiar en que es posible. Y debe quedar claro que quienes andan
remando a la contra, aunque sea tan legítimo como los que piensan lo
contrario, que aprendan de memoria que el respeto es patrimonio de la
gente educada.