miércoles, 11 de mayo de 2016

SINCERAMENTE, LES QUEDARÍAMOS MUY AGRADECIDOS

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De los diferentes encuentros de los medios de comunicación con los representantes de la política local, sabemos, por ejemplo, que la intervención municipal en Lope de Vega, su arreglo integral, que pondrá fin a las dos direcciones actuales que mantiene esta calle, están a punto de iniciarse. Y atención que no es ninguna tontería, porque seremos miles los conductores que deberemos aprendernos de memoria los nuevos recorridos que nos oferten y que estamos a punto de conocer. En asunto tan determinante para un colectivo de vecinos que se viene jugando su salud mental, su integridad física y su estabilidad personal desde hace muchos años, el que el resto de la ciudadanía aporte una dosis de solidaridad suficiente para entender sus exigencias, servirá para que las cosas, la nueva situación a compartir, nos resulte más llevadera. Y decimos esto porque, antes de que se inicie la intervención, ya han aparecido los primeros vecinos que aseguran no estar de acuerdo con la decisión de las obras y de las nuevas direcciones que se contemplan, que, recuerden, aún no conocemos oficialmente. Por lo que han contado, por lo que hemos podido conocer sobre esta demanda, es evidente que cuando se manipula el mensaje, cuando la realidad se distorsiona y la intencionalidad es manifiesta, el resultado no puede ser otro que el de no estar de acuerdo sin más. Menos mal que los políticos y los técnicos no han caído en la trampa y se han dedicado a informar a quienes, suponemos que añorando anteriores gobiernos, han visto una oportunidad de oro de hacer daño porque sí.

Con todo, luego de un trabajo de campo que entendemos exquisito, en el que han participado todos los que han querido hacerlo, la calle Lope de Vega dejará de ser como hasta ahora y pasará a permitir a sus vecinas y vecinos algo más de tranquilidad a su día a día. El hecho de que soporte solo una dirección, de entrada o de salida porque aún no la conocemos, evitará directamente y de un plumazo el paso de cientos de vehículos cada jornada, ofertando al vecindario no solo la posibilidad de reducir el ruido, sino de desenvolverse con más espacio del que actualmente tiene en sus acerados. No obstante, de Lope de Vega se viene hablando desde hace demasiado tiempo y por el momento los moradores de esa vía solo han visto buenas intenciones, lo que al menos por el momento no le resta ni un ápice de incertidumbre al inicio y la finalización de la obra. Dicho esto, que se muestren cautos y no menos preocupados responde a una realidad tangible que no acaban de digerir como conviene y que les evitaría preocupaciones. Sin embargo, aceptando como máxima incontestable el hecho de que las cosas de palacio vayan despacio, en solo unos días se contempla, esta vez sí, el comienzo de lo que no tardando pasará a ser una calle normal, con tráfico rodado aceptable.


Por cierto que llegados a este punto, y teniendo en cuenta cómo se terminan las obras públicas en nuestra ciudad, rogar que se cuide con mimo la canalización de las aguas hacia los imbornales, tragonas o sumideros. Un buen ejemplo de lo mal ejecutado lo tenemos en una de las últimas intervenciones municipales en una de nuestras vías más emblemáticas: El Pino, en donde se ha invertido una buena suma de dinero, que ha quedado con un nuevo aspecto extraordinario, que se ha mejorado el paso de los peatones y el de los vehículos, pero que, una vez más, estos receptores del agua de lluvia no sirven de nada. Comprobamos que los charcos o lagunas son mayoría en la totalidad de su longitud, con lo que esta anomalía supone para el viandante porque sufre directamente los salpicones del agua que desprenden los neumáticos de los vehículos a su paso. Y como se puede evitar con solo poner un poco de interés, sinceramente rogamos a los responsables, políticos y técnicos, que tengan en cuenta esta petición por el bien de todos. Es un detalle que agradeceríamos sinceramente.