Con
la campaña oficial de las elecciones del 26 de junio a punto de
iniciarse, porque será esta noche, con los programas políticos de
los partidos ya en las manos de los ciudadanos, con las temperaturas
desproporcionadas por demás, por aquí andamos, a la espera de que
el Partido Socialista de nuestra ciudad, su líder, decida aparecer
en los medios o donde crea más conveniente y relatar a la ciudadanía
su experiencia a lo largo del primer año de legislatura, la mitad de
lo ejecutado se mantiene en el alero de la expectación mientras los
protagonistas de estos trescientos sesenta y cinco días se muestran
medianamente satisfechos. El resto de grupos alejados del gobierno,
como es el caso de Izquierda y Unida y Partido Popular, parecen
esperar su comparecencia para opinar sobre lo que se ha desarrollado
hasta el momento. En principio, las dos fuerzas políticas han venido
coincidiendo en varias de las controversias más polémicas, aunque
cuando se ha tratado de problemas mayores, de posiciones más
radicalizadas, han sido evidentes las no coincidencias. A nosotros,
más ligados a la calle y los problemas de la ciudadanía, nos
interesa y mucho lo que a corto y medio plazo tiene previsto el
equipo de gobierno para la ciudad como conjunto. Si tenemos en cuenta
que Andújar, sobre todo cuando se trata de asuntos económicos y
deuda acumulada, tiene para dar y tomar, estaríamos interesados en
conocer las políticas que previstas desarrollar y, aún más
importante, cómo reducir la deuda que tanto limita nuestro
desarrollo como comunidad que, entre otras necesidades, ansía
generar empleo público y privado. Sabemos que la oferta de trabajo
puesta a disposición de los ciudadanos, que cuenta con un
presupuesto de quinientos mil euros, está sirviendo como excepcional
tónico revitalizante de quienes habían perdido todas las
esperanzas, pero también sabemos que el dinero es poco, que las
necesidades muchas y que solo con actuaciones de esta clase no se
puede alimentar tanto legítimo y demostrado derecho al trabajo.
Por
eso seguimos sin entender, ni antes ni ahora, que los hombres y las
mujeres de los grupos políticos con representación en el salón de
plenos mantengan sus posiciones de no participar en nada que tenga
que ver con las tareas de los gobiernos, y más si éstas muestran
posibilidad de éxito en su desarrollo. El desgaste político que
genera este tipo de actitud, que no es otra cosa que estar en contra
de todo porque sí, para lo único que nos sirve a los ciudadanos es
para comprobar que las mayorías absolutas al final son más
rentables porque no tienen que dar cuenta a nadie de su gestión.
Otra cosa, evidentemente, es que el poseedor de tanto apoyo sepa
digerir la responsabilidad que le han cedido temporalmente y aúpe a
su municipio al lugar que exigía justo cuando actuaba en los mítines
propios de campaña. En situación tan particular, con oportunidades
por estrenar desde las que obtener apoyo para sus proyectos, volvemos
a repetir que nadie pide más que lo prometido cuando solicitaban el
voto. Dejar pasar el tiempo a la espera de que los problemas se
solucionen por sí mismos no solo es una actitud poco recomendable,
sino ganas de perder lo que se ha conseguido a lo largo de los años.
Repetimos
que a la espera de lo que nos cuenten desde el gobierno de nuestra
ciudad las tareas en las que se han empeñado, y sabiendo que muchas
de las decisiones adoptadas en este primer año han sido muy
importantes para el conjunto, no acabamos de tenerlas todas consigo
sabiendo el inmenso número de decisiones que están obligados a
tomar en poco tiempo si de verdad quieren acabar la legislatura con
algo de brillo. En realidad, con que se cite a los medios de
comunicación con el objetivo de compartir con ellos lo acontecido en
este primer año, casi es suficiente si tenemos en cuenta la
diferencia que encontramos en la dinámica de nuestra tarea diaria.