martes, 7 de junio de 2016

CÁRITAS VUELVE A PONERNOS LOS PIES EN EL SUELO

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Las diferencias sociales en el eje norte-sur, según el Informe de Cáritas de este año, no sólo se mantienen, sino que tienden a aumentar, que es lo que faltaba. Mientras Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana, Canarias y las Islas Baleares se encontrarían en peor situación ante una eventual e hipotética salida de la crisis, Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja y Aragón se encontrarían en mejor situación, desde el punto de vista de la pobreza, la desigualdad y el desempleo más grave, tres referencias de incalculable valor social si tenemos en cuenta que el número de personas a las que se refiere este Informe supera los cinco millones. 
  
En cuanto a los indicadores de desempleo analizados, que serían el desencadenante más claro de una buena posición de salida para la población en peor situación, muestran una recuperación muy débil y, en algunos casos, muy alejados del ritmo necesario para impulsar una reducción intensa de la pobreza y la desigualdad. De los cuatro indicadores analizados, sólo en uno de ellos hay cuatro comunidades autónomas que consiguen mejorar su situación desde el primer impacto de la crisis, que recuerden fue en el año 2009. De hecho, son las propias diferencias regionales de la pobreza las que apuntan a una salida divergente de la crisis. Esta disparidad, por tanto, seguirá provocando aumentos en las diferencias de desigualdad y bienestar.
 
La «situación de salida» para el conjunto de las autonomías ofrece una peor situación respecto a los datos recogidos en 2009. Este resultado permite afirmar que la probabilidad de que aumente la bolsa de la exclusión social, a pesar del crecimiento económico, es muy elevada. Sin embargo, los datos sobre el paro conocidos la semana pasada, positivos en cuanto a reducción del desempleo y en la afiliación a la Seguridad Social, han hecho olvidar, especialmente al Gobierno, la situación real en la que se desenvuelven millones de personas. Es evidente que les han venido muy bien los datos positivos registrados y de hecho desde el minuto uno del pasado jueves usan de ellos como si se tratara de un trabajo exclusivo suyo.
 
No obstante, de este mismo Informe se deduce que aumenta el riesgo de pobreza en todas las comunidades, y en el conjunto nacional la variación anual media es del nueve por ciento si colocamos el umbral de pobreza, repetimos, en el año 2009. Las mismas comunidades siguen estando en los extremos de la clasificación de las tasas de pobreza, una situación que se repite desde hace décadas. Si se analiza la pobreza según el nivel de vida de cada región, el resultado varía en lugares como Aragón, La Rioja y Asturias, donde el aumento se dispara, y Navarra y País Vasco, que lo contendrían debido a sus mejores sistemas de protección social. En cuanto al desempleo, durante 2009-2016 la evolución del paro en el caso del cabeza de familia, muestra un empeoramiento en las comunidades mejor posicionadas a comienzos de la crisis y una cierta mejoría o estabilización en las que se encontraban peor. Respecto a los hogares con todos sus miembros activos en paro, no ha habido ninguna autonomía que haya logrado reducir esta situación a niveles anteriores a 2009.
 
En cuanto al número de hogares sin ingresos, los mayores incrementos se han producido allí donde el número de hogares afectados era el menor en el 2009. Asturias, Navarra y especialmente Galicia destacan en su incremento. Al ritmo actual, alcanzar las cifras de hogares sin ingresos anteriores a la crisis, ya de por sí elevadas, puede suponer esperar hasta siete años, y sin que ningún organismo o asociación lo pueda certificar.