La
recuperación de la fuente ubicada en la Silera, que mostraba un
aspecto de dejadez deplorable y que a partir de ahora estamos
convencidos será una referencia para todos, es el primer paso de la
recuperación de manantiales que tiene previsto el Ayuntamiento, a
través de la Delegación de Obras y Servicios, y que no tardaremos
en ver realizado. Así, además de esta importante intervención, la
Fuente Sorda y la que encontramos en los aparcamientos exteriores de
la zona, de donde se surten los camiones para el riego urbano y
algunos agricultores, esperan la llegada de hombres y máquinas para
ponerlas definitivamente en uso. Como lo importante es que el agua no
se pierda y acabe en el río sin ningún aprovechamiento, y teniendo
en cuenta que se trata de un bien escaso, desde la Concejalía lo que
está previsto es construir un aljibe bajo tierra que permita la
recepción de este agua y su posterior recuperación para el uso
controlado que se le quiera dar.
El
depósito subterráneo en cuestión está previsto construirlo, con
cargo a la Junta de Andalucía y el propio Ayuntamiento, a la
izquierda de la entrada de acceso al parque de Colón (ahora,
desgraciadamente, aparcamiento) y permitirá que las personas dotadas
del permiso necesario para entrar y salir, y aprovechar el agua
acumulada, lo hagan con normalidad y seguridad. No conocemos el plazo
de inicio y menos el de finalización, pero sí que la decisión está
oficialmente tomada y que, como todo lo que lleva sello oficial, debe
superar los trámites previstos para una intervención municipal de
esta importancia. A partir de entonces, al tiempo que se mantiene la
salida del agua por los caños de los que están dotadas, será
aprovechada, como hemos dicho, para usos como el riego de las vías
públicas o el campo de fútbol próximo, que por cierto demanda más
líquido elemento que si su césped fuera natural.
Por
otra parte, a la espera de las correspondientes catas y prospecciones
que impone su desaparición hace muchos años, está previsto buscar
y encontrar el venero que de toda la vida ha estado manando agua en
la zona del actual barrio de Mirasierra. Como cuentan algunos
vecinos, este manantial surtía de agua potable a muchos de los
residentes de esa parte de la ciudad los años en los que la red de
agua municipal no existía, además de a los agricultores que iban y
venían a las tierras de labor y que se pertrechaban de ella para el
camino y el trabajo. Si tenemos en cuenta que nuestra ciudad es muy
rica en aguas subterráneas, que su aprovechamiento no solo permitirá
recuperarla para el consumo humano o el riego de jardines, poner
manos a la obra y ocuparse de su control entendemos que nos
beneficiará a todos, y, repetimos, no solo por el hecho de
controlarla, sino porque añadiría un toque estético a las zonas de
la ciudad en las que viertan sus aguas y no menos la consolidación
de un microclima del que, en verano, no serían pocos los que lo
aprovecháramos. Lo interesante, por aquello de conocer en
profundidad la posible ubicación de otros veneros, es trabajar en
favor de su búsqueda. Desde luego, convencidos estamos de que las
actuales fuentes y las que pudieran aparecer sumarían en positivo
para conseguir una ciudad con rincones muy parecidos a ciudades como
Granada o Córdoba.