martes, 27 de septiembre de 2016

LA VENGANZA EN POLÍTICA

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¿Y qué viene después del resultado electoral en Galicia y el País Vasco? ¿Servirá para solventar el grave problema que arrastra el país? ¿Cederán los partidos por fin a abstenerse para que los populares gobiernen? Nos tememos que todo va a seguir igual; es decir, que volveremos a las andadas y nos repetirán hasta la saciedad que iremos a unas terceras elecciones si los que andan por el no a la investidura de Rajoy mantienen su negativa. Así venimos desde el pasado 20 de diciembre, o sea, que estamos a unas semanas de alcanzar el año sin que nadie haya decidido finalmente qué pasará con nosotros, porque lo evidente es que ellos y ellas, la clase política, fuerza la situación pensando exclusivamente en sus intereses, en que todo les salga bien, en conseguir el poder y poco más. Afortunadamente, la situación mundial está siendo buena y los mercados del dinero se mueven de forma que nuestra particular crisis no les afecta, por lo que los augurios para nuestra economía son buenos y las consecuencias que podían devenir de semejante despropósito no han aparecido.

El hecho de que el PSOE haya sido el partido político más descalabrado en las dos citas electorales del pasado fin de semana, suponemos que alarmará a sus dirigentes y que no tardarán en echar mano a las riendas que lo controlan y así evitar su desaparición. Los populares, que ahora reclaman cordura y sentido de estado a los socialistas, también saben, y muy bien por cierto, de este tipo de malos momentos; y si no, recuerden cuando negaron el pan y la sal a Susana Díaz para que no gobernara. De hecho, si no hubieran conseguido el pacto con Ciudadanos, la necesidad de convocar en nuestra tierra nuevas elecciones era una realidad. Dijeron no y punto. Nada de sentido común ni de estado, nada de patriotismo activo, como ahora se les pide a los socialistas. Se enrocaron en el no y la viabilidad de la Junta de Andalucía salió sin su apoyo. El que ahora estén en la otra parte pidiendo lo mismo que a ellos les solicitaron y negaron, ¿no les parece a ustedes que tiene una gran carga de venganza? Entonces, en días tan inquietantes, muchos fueron los que apoyaban a los populares andaluces en su no a la abstención, que veían un resquicio por el que descomponer la fuerza del Partido Socialista en esta tierra.


Ahora estamos en las mismas o parecidas circunstancias, puesto que de lo que se trata es de que se abstengan, que no apoyar, la investidura del señor Rajoy en la próxima cita en el Congreso para tal fin. Es más, por lo que escuchamos, entre socialistas, podemitas y ciudadanos parece que existen más que contactos para una gran coalición de partidos con el objetivo de dirigir el país y, de paso, como dicen ellos, sacar de la Moncloa al Partido Popular y su presidente. Y justo en eso estaban los implicados en la trama cuando las elecciones gallegas y vascas les han proporcionado, a unos más que otros, una buena ración de realismo que suponemos les pondrá definitivamente en el suelo y desde ahí intentar nuevos retos. Y es que, cuando la ciudadanía te ignora en unas elecciones, cuando cuestiona tu trabajo, por mucho que te empeñes en decirle lo contrario, la suerte está echada y cuanto antes respondas mejor para tu futuro. Lo quieran o no, los perdedores tienen la obligación de asumir responsabilidades si no quieren llegar a la próxima cita con las urnas solo con los votos de sus familiares más directos, que no crean ustedes que el camino elegido, y por el que llevan deambulando un par de años, no viene avisando con tiempo de tal situación. Quizá sea el momento de ponerle un poco de atención.