viernes, 7 de octubre de 2016

NO MÁS DROGAS Y EL ALCOHOL AL VOLANTE

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Aunque suene a repetitivo y los datos ni siquiera merezcan su atención, el asunto es que el aumento de los conductores que consumen algún tipo de droga cuando conducen ha sobrepasado y con creces a los que lo hacen superando los límites de alcohol en sangre. Venía avisando esta tendencia de sus intenciones y lo que pocos esperaban es que lo hiciera tan rápido, porque no han pasado más de cinco años desde que las drogas se asomaban tímidamente a los atestados de accidentes de tráfico, y ahora ya ven. Y luego está lo del porcentaje, que tampoco son datos desdeñables, puesto que superan ampliamente los usuarios implicados en accidentes el cuarenta por ciento cuando se registran fallecidos. Por eso no solo no nos extraña, sino que estamos de enhorabuena con la adquisición que nuestro Ayuntamiento ha realizado, de un equipo de control de drogas para aplicárselo a los conductores que se vean involucrados en accidentes de circulación o de modo aleatorio.

Acudir al coche, visto lo visto, y circular con él por ciudad y carretera es evidente que es cada vez más peligroso, ya que a los habituales contratiempos con los que nos topamos debemos añadir a quienes, al frente del volante de su vehículo, no cumplen de ninguna de las maneras las exigencias que mínimas de este menester, y que no son otras que estar en perfectas condiciones psíquicas y físicas, conocer el Código en vigor, mantener en todo momento el control y la vigilancia sobre la conducción y no alterar bajo ninguna circunstancia el normal ir y venir de los vehículos. Los que han consumido cualquier tipo de alucinógenos no deberían tener sitio en el que circular, porque lo normal es que a la ida o la venida acaben fuera de la carretera o empotrados en el frontal de otro vehículo. De ahí que todos los esfuerzos de la autoridad competente que se preocupen por retirar de la circulación a quienes consumen alcohol o drogas, nos parecerán pocos.

Avisados están los que tienen por costumbre eso de “echarse un porro”, que es otra forma de drogarse a la que no se le quiere dar interesadamente importancia, pero que sí altera y mucho los niveles de atención y percepción de la realidad, y este detalle, cuando se conduce un vehículo, multiplica las consecuencias que se derivarían en caso de un accidente. Convencidos quedamos de que serán solo unos cuantos los que tendrán la oportunidad de escucharnos o leernos, lo mismo que lo estamos de la escasa respuesta que tendrán nuestras peticiones, pero que sepan que será todo lo contrario a la actitud de los agentes de la autoridad, que sí intervendrán con contundencia entre quienes hayan decidido hacer oídos sordos a mensaje tan justificado. Dicho ha quedado en otros artículos, que los responsables de Tráfico están obligados, porque no otra es su tarea, a reducir el número de accidentes y sus consecuencias, por lo que las medidas que impongan no solo estarán más que justificadas, sino que tienen a las instituciones de su parte.


Los usuarios estamos obligados, por otra parte, a cumplirlas y solo en casos excepcionales a no hacerlo circunstancialmente, aunque conscientes de que se trata de algo que incluso se puede justificar. En cuanto a las sanciones, por ahora la única fórmula que conocemos capaz de poner un poco de orden en tanto caos, sepan que están siendo revisadas estos días por técnicos de la Dirección General con el objetivo de corregir las que están en vigor y no han tenido la repercusión que se esperaba, y reconducir a los habituales transgresores a favor de una mejor interpretación de las Normas. Recuerden, el que avisa…