viernes, 4 de noviembre de 2016

CONTROL SOBRE LOS COCHES APARCADOS EN LA CALLE

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De acuerdo con las previsiones meteorológicas, la lluvia será protagonista desde el domingo y algunos días de la semana entrante. Para los más regazados, para los que no han terminado de creerse que la temporada de lluvia tenía que llegar, el aviso es contundente y real. Con esto queremos decir que pronto también las mañanas de niebla y de nieve no tardarán en aparecer dificultando el paso de personas y especialmente de los vehículos, que es a lo que nosotros dedicamos este espacio de mediodía los fines de semana. La estabilización meteorológica propia del otoño y el invierno que se nos viene encima y por tanto de lo que nos tenemos que defender y preparar, si puede ser antes mejor, nuestro vehículo, lo mismo que hacemos calzándonos zapatos que aguanten el agua y soporten el frío y dejando de lado los que nos han servido para pasear en primavera-verano. Es decir, atención a los neumáticos, que aunque no demandan de nosotros más cuidados que el seguimiento propio a elementos tan determinantes para nuestra seguridad, la realidad es que se nos olvida con imprudente frecuencia que están ahí y que debemos cuidarlos con mimo. No es lo mismo un neumático al que le falte algo de aire en verano que en invierno; no es lo mismo que drene bien o que la escasez de dibujo le dificulte evacuar el agua que encuentra en la calzada; no es lo mismo, en fin, frenar en invierno que en verano, con agua o en seco. No conocer la diferencia entre uno y otro puede suponer un accidente, y de las consecuencias que seguro se derivarán de éste mejor ni hablamos.

Por otra parte, si su vehículo es de los miles que duermen en la calle y lo usa algún fin de semana que otro, asuma que tiene unas obligaciones añadidas que eludirlas le proporcionarán problemas de calado, como la pérdida de la batería si se le olvida ponerlo en marcha regularmente o el deterioro casi inmediato de las gomas del limpiaparabrisas, cuando no el agua de lluvia acaba dañando la tapicería. Por eso es fundamental comprobar su estanqueidad de vez en cuando, detenerse a comprobar su estado general y, sobre todo, arrancar el motor. Por supuesto, comprobar en qué estado se encuentra el anticongelante, del que sabemos que tiene dos labores que desarrollar en su vehículo: que no hierba el agua y que no se congele. En cuanto al depósito del limpiaparabrisas, si conocemos que el época de lluvia es lo mismo que momento de salpicones de barro procedentes del vehículo que nos precede, descuidar este detalle puede resultarnos muy peligroso. De hecho, en las ITV’s habrán comprobado ustedes que, al mismo tiempo que comprueban el nivel del aceite del motor de nuestro vehículo, hacen lo propio con este depósito.

Y como entre nosotros no faltan los que gustan de desplazarse en busca de aventuras y que la nieve tiene un atractivo muy particular, pues eso, que tengan en cuenta, sobre todo los que tienen por costumbre aparcar su vehículo en los lugares habilitados al aire libre para este menester, que luego de una noche fría y quizá con nieve sobre el coche, toda precaución es poca. Además de un rascador específico para limpiar el parabrisas, las cadenas, que pueden resultarnos obligatorias en cualquier momento. Dejar su compra a la espera de que de verdad las necesitemos puede suponernos un desembolso extra y una compra inadecuada, porque las prisas siempre han sido malas consejeras y las cadenas, además de muchos modelos y diferentes precios, deben ajustarse técnicamente a los neumáticos de su vehículo. Yendo un poco más lejos y por aquello de que conductor prevenido vale por dos, incorpore a su vehículo alguna manta, una linterna, un cargador del teléfono que usa, alguna herramienta multiuso y, siempre, algo de comida, agua y el depósito cuanto más lleno mejor. Cierto que quizás estemos exagerando y que es muy probable que nunca necesiten de estos elementos, pero por experiencia sabemos que nunca están de más.